El Gobierno se ha comprometido con Unidos Podemos a que las pensiones suban en línea con el IPC en 2018 y 2019. Es uno de los acuerdos que sale de las negociaciones para intentar desbloquear los objetivos de estabilidad y el techo de gasto, que volverán al Congreso en unas semanas. Se trata de un acuerdo importante porque probablemente la subida que incluyó el PP en las cuentas de 2018 (1,6%) no será suficiente para financiar el aumento coste de la vida. Y la compensación podría costar otros 500 millones al Gobierno.
Los jubilados vieron en enero como su nómina subía, de forma generalizada, un 0,25%, el mínimo legal que marcaba la casi sentenciada reforma de 2013. Al elaborar los Presupuestos, cuando aún gobernaba el PP, Mariano Rajoy propuso una subida mayor, hasta del 3%, para las pensiones no contributivas y las más bajas, así como una mejora de la base reguladora de las pensiones de viudedad del 52% al 54%.
Cuando llegó el momento de sentarse a negociar, el PP tuvo que ceder a la presión del PNV para asegurar el Presupuesto con una subida generalizada del 1,6% para todas las pensiones y una mejora adicional de la base reguladora de las de viudedad al 56%. La idea era que esa subida fuera en línea con el IPC, pero parece que se va a quedar corta.
La factura de las pensiones
Subir las pensiones un 0,25% al inicio del año costó 297 millones de euros. Subirlas de forma generalizada un 1,6% elevó la factura en 1.500 millones, según informó el Gobierno 'popular' a Bruselas en el actualización del Programa de Estabilidad. Y la mejora de las pensiones de viudedad, las no contributivas y las más bajas obligó a gastar otros 1.131 millones.
En total, unos 3.000 millones de euros para mejorar las pensiones en 2018 a los que habrá que sumar, casi seguro, unos 500 millones para compensar a los pensionistas en enero si la inflación acaba el año por encima del 1,6%, como parece que va a pasar. De hecho, las previsiones de casi todos los analistas sitúan el IPC cerca del 2% al final de año y la media en el 1,8%.
Antes de la reforma de 2013 se utilizaba la inflación del mes de noviembre para ver si era necesario compensar a los pensionistas
Antes de que se pusiera en marcha la reforma del PP del año 2013, las pensiones subían cada año lo que estimaba el Gobierno que iba a crecer el IPC. Esa subida se incluía en los Presupuestos de cada año y se empezaba a aplicar en el mes de enero. Y al final del ejercicio, se utilizaba la inflación del mes de noviembre para calcular si la subida había sido suficiente o no para financiar el aumento del coste de la vida. Y se compensaba a los pensionistas, si era necesario.
No sabemos si el Gobierno recurrirá a esta vieja fórmula o utilizará una nueva. Podría, por ejemplo, utilizar la media de precios de todo el ejercicio. En cualquier caso, lo más probable es que haya que compensar a los pensionistas, puesto que las previsiones de todos los analistas apuntan a aumentos de precios que superan el 1,6%.
La inflación empezó 2018 en niveles muy bajos: el 0,6%, pero rápidamente se situó por encima del 1% y en mayo superó la barrera del 2% por el encarecimiento del crudo. En julio, último mes disponible, los precios se han moderado un poco, pero siguen por encima de ese 2%, el objetivo de precios al que apunta el Banco Central Europeo (BCE).
Las previsiones
La Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), por ejemplo, cree que la inflación se mantendrá por encima del 2% en lo que queda de año. En noviembre, mes importante por si el equipo de Sánchez rescata la fórmula antigua, los precios rondarán el 2,1%. Si estas cifras se cumplen y la compensación sería de cuatro décimas y la factura podría superar los 500 millones.
El Servicio de Estudios de BBVA (BBVA Research) cree que la moderación de la inflación va a ser muy gradual y que en agosto podría seguir rondando el 2,2%. Y el papel de Funcas, que recoge las previsiones de los principales analistas españoles, cree que la inflación seguirá en el 1,8% en el mes de diciembre.
Aunque el Gobierno decida utilizar la inflación media para intentar una compensación más baja, algunos servicios de estudios como Bankia, Caixabank, Axesor o la propia Funcas creen que el aumento medio de los precios en 2018 rondará el 1,9%, así que parece que la compensación tendrá que llegar sí o sí.