WhatsApp acaba de lanzar una actualización de la aplicación que, entre otras cosas, pide permiso al usuario para acceder al lector de huella dactilar. De esta forma, la app tendrá acceso a una parte de la fisionomía de las personas utilizada para identificarlas en situaciones muy concretas.
La huella dactilar ya es usada por servicios móviles de corte bancario para acceder a los datos del usuario: transferencias, estado de las cuentas, préstamos, etcétera.
"El sensor capacitivo es el habitual de los móviles y tablets. Funciona con una matriz de microcondesadores que, al poner el dedo encima, cambian su carga y obtienen una imagen del dedo (y bastante buena). No le afecta que el dedo esté sucio, así que es más preciso", explica el hacker Alfonso Arjona.
¿Hasta qué punto el detector de huellas y el reconocimiento facial están a salvaguarda de ciberataques?
La aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, hoy propiedad de Facebook, pide permiso a este hardware del terminal porque tiene entre sus planes ofrecer la posibilidad de bloquear la aplicación o los chats mediante el mapa de la yema del dedo. La idea es proteger las conversaciones de las miradas de extraños. No es la única información sobre la anatomía del usuario en poder de Mark Zuckerberg.
Facebook se queda con tu cara
Hace unos meses entró en vigor el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Una directiva europea con la consiguiente obligatoriedad de trasladarse a la legislación de cada país.
El nuevo marco normativo obliga a las empresas a informar en servicios y aplicaciones del tratamiento que se hará con sus datos de forma más clara y desgranada.
Facebook pide permiso al usuario en este nuevo texto legal para utilizar el reconocimiento facial automático de la cámara de su móvil, ordenador o tablet. Al aceptar las nuevas condiciones del servicio, millones de europeos aceptan que la red social acceda a sus rostros.
En el caso de Google, si usas, por ejemplo, Google Photos, y te has hecho alguna vez un selfie o una fotografía de cuerpo entero, el algoritmo de la compañía norteamericana sabe exactamente cómo eres
“Emplearemos tecnología de reconocimiento facial para detectar cuándo apareces en las fotos, los vídeos y la cámara a fin de protegerte de desconocidos que puedan usar tu foto o para buscar y mostrarte fotos en las que apareces y no se te ha etiquetado”, explica en el texto Facebook.
“Esta petición beneficia mucho a Facebook y nada a los usuarios”, explicaba a Vozpópuli hace unos meses la especialista en el impacto de la tecnología Gemma Galdón. “La red social quiere recoger datos biométricos de cuanto más usuarios mejor para poderlo vender a terceros, como ya ha hecho otras veces. Requerir permiso para usar nuestras caras es de una desproporción brutal, porque un número de móvil o tu domicilio lo puedes cambiar con el tiempo, pero tu cara la vas a llevar contigo para siempre”.
¿Hasta qué punto el detector de huellas y el reconocimiento facial están a salvaguarda de ciberataques? "Ya sea con una huella, o desbloqueando el dispositivo con una imagen de nuestra cara, lo que hacemos es generar un dato único para acceder a un servicio. ¿Se sube la imagen de la huella o ese dato calculado a los servidores del fabricante o servicio? Mi experiencia personal me dice que no, pero eso es algo que puede cambiar en el futuro. De todos modos, recordemos que ese dato sólo vale para un dispositivo, y que un supuesto atacante debería no sólo hacerse con ese dato, si no que además tendrá que replicarlo físicamente y acceder al teléfono, tablet, cerradura o lo que sea que está protegido", asegura Arjona.
WhatsApp acaba de lanzar una actualización de la aplicación que, entre otras cosas, pide permiso al usuario para acceder al lector de huella dactilar
Amazon y Google
Cada vez que compras ropa en Amazon das parte de tu información corporal a Jeff Bezos. Cuando adquieres una camiseta la pides con una talla, cuando solicitas unas zapatillas, también. Con esa información se pueden trazar perfiles de altura y peso.
En el caso de Google, si usas, por ejemplo, Google Photos, y te has hecho alguna vez un selfie o una fotografía de cuerpo entero, el algoritmo de la compañía norteamericana sabe exactamente cómo eres.
Tus fotografías estarán almacenadas en los servidores de Google. Son datos con los que se puede obtener información para ofrecer publicidad personalizada en función de las necesidades de cada persona, extraídas a partir de su imagen. Ropa, cosméticos, gafas, tintes de pelo o tallas especiales podrían ser algunos de estos productos.
Si, por poner otro ejemplo, el usuario realizase fotos de su hogar o con su vehículo habitual, se podrían orientar los anuncios a un nuevo vehículo -en caso de que el de las fotos sea muy antiguo- y ofrecer un modelo más actual de la misma marca. O hacerlo en función del mobiliario que se encuentre en las imágenes de casa: alfombras, lámparas, mesillas...