El Ministerio de Hacienda prepara un memorándum con las aportaciones remitidas por las comunidades autónomas a la reforma del modelo de financiación, pero no se cerrará ningún borrador o documento antes del 21 de diciembre, cuando hayan pasado las elecciones catalanas.
Así lo cree el experto designado por Baleares y catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Guillem López Casanovas, quien reconoce que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no puede pillarse los dedos dando aval a una u otra propuesta. "Conviene esperar", ha comentado en una entrevista a Efe.
Sobre la propuesta del presidente vasco, Íñigo Urkullu, que plantea el concierto vasco como "referencia" de una financiación autonómica más justa, López Casasnovas asegura que el lehendakari intermedia para que si el día 21 de diciembre los soberanistas "mantienen el pulso" haya una propuesta de reencaje.
Urkullu hizo la propuesta justo después de que el líder del PSC, Miquel Iceta, apostara por una hacienda federal para que la Generalitat asumiera la recaudación y gestión, en consorcio con la Administración del Estado, de todos los impuestos que se pagan en Cataluña.
López Casasnovas reconoce las "virtudes" del concierto económico vasco para la soberanía fiscal, pero "si el cómputo del cupo se aplicara a una economía como la catalana, tres veces mayor que la vasca, no habría bastante financiación para el resto". "Si la letra pequeña se aplicara a Cataluña no habría suficiente financiación para las otras autonomías", insiste. Ya que en buena medida, explica, "el concierto vasco es posible porque otras comunidades como Cataluña, Madrid o Baleares asumen la carga a la que ellos no contribuyen".
Por eso, y en opinión de este catedrático, tiene lógica que el ministro Montoro no cierre nada antes del día 21 "porque si vuelven a ganar los soberanistas, el único agarre que quede para el reencaje sea activar mi voto particular emitido en la comisión de expertos". Y en ese voto particular, López Casasnovas mostraba su simpatía por un federalismo fiscal efectivo, pero subrayaba que para la viabilidad de la propuestas, el concierto vasco debía contribuir a las cargas comunes con la Administración central.
Para López Casasnovas el punto de partida tiene que ser la capacidad fiscal: cuánto recaudas de IRPF y cómo participas en el IVA y los impuestos especiales, "pero el problema fundamental es la nivelación". Hasta ahora, la nivelación la decidía el Estado y la propuesta de López Casasnovas es que sea "pautada" y se mueva en la justificación del sentido común, que es la solidaridad que procede de la progresividad fiscal.
"Pero el Estado -dice- deberá respetar también la ordinalidad, es decir, que converjan las comunidades en recursos per cápita para hacer frente a servicios fundamentales del Estado del Bienestar, pero sin variar el orden de su capacidad fiscal ni proceder a una nivelación total que erosione los incentivos al esfuerzo fiscal".
Fuera del enfoque anterior, cada negociación se ha convertido en una "pelea infinita" en la que cada comunidad quiere vender más necesidades fiscales que las otras. En cambio, López Casanovas admite que remodelar el pacto fiscal puede "reconducir el empuje soberanista, ya que, si de otro modo se produjera el desencaje secesionista, Urkullu tendría un problema mayúsculo en su casa".