Puede que en estos días, pasados y presentes, usted esté dándole vueltas a la casuística para decidirse por comprar un número concreto de la Lotería de Navidad que contenga las cinco cifras de la fecha de nacimiento suya o de su hijo/hija y por el mismo orden: día, mes y año. También, que trate de recordar los lugares más afectados por las catástrofes naturales del año que está a punto de concluir para desplazarse allí a comprar el décimo que todo lo cambie, en la confianza de que la suerte siempre acaba por compensar, aunque solo sea en parte, los desastres meteorológicos.
O que se encomiende a Fortuna, la diosa de la Suerte en la mitología romana, o a Tique, en la mitología griega, o a Dedun, dios egipcio de la Abundancia. Incluso recurriendo a la inteligencia artificial, tan de moda en los tiempos que vivimos.
Haga lo que haga, si usted lleva solo un décimo para el sorteo extraordinario de Navidad únicamente tiene una cienmilésima posibilidad de que le toque el “Gordo”; si, uno partido por 100.000, porque 100.000 son los números que entrarán en uno de los bombos. Si lleva dos décimos con diferentes números duplica sus posibilidades. En el otro sólo habrá 1.807 premios. Por lo que la posibilidad de que se vea agraciado con alguno de los premios sube al 1,8%. Hay quien se siente premiado con sólo recuperar el importe jugado. Ahí la posibilidad sube al 10%.
Si quiere asegurarse de que le toca el “Gordo” y todos los demás premios sólo a usted deberá invertir 3.860 millones de euros, pero eso sí, sólo se llevará a casa 2.702 millones, que son la totalidad de premios que se reparten el día 22 de diciembre, de acuerdo con las cifras de Anapal, la primera asociación española de administraciones de Lotería.
Quien está menos preocupada por la suerte es la Agencia Tributaria. No tiene razón para estarlo. Sólo de los tres primeros premios del sorteo se embolsará 175 millones de euros sin tener necesidad de comprar ninguna participación. Esta cifra puede ser mayor en función de la cantidad de décimos que lleve un comprador de un mismo número que haya sido agraciado con cualquier otro premio de menor importancia.
Y es que desde 2013, “los premios de las Loterías del Estado, Comunidades Autónomas, ONCE, Cruz Roja Española y entidades análogas de carácter europeo estarán sujetos al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas a través de un gravamen especial”.
Así está recogido en la Ley 16/2012, de 27 de diciembre, por la que el Gobierno de Mariano Rajoy adopta diversas medidas tributarias dirigidas a la consolidación de las finanzas públicas y al impulso de la actividad económica. La ley fue publicada el día 28 de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, y recoge también la retirada de las deducciones por compra de la vivienda habitual, la penalización de los movimientos especulativos de las inversiones...
El preámbulo de la ley lo dejó meridianamente claro: “... la evolución de los ingresos públicos sigue requiriendo la adopción de medidas adicionales que, reforzando estos y complementando las anteriores, permitan fijar las bases de una recuperación económica estable y duradera”. A partir del 1 de enero de 2013, los premios de lotería son gravados con un 20% sobre la cantidad premiada después de restar 40.000 euros, que quedarán exentos de tributación.
Ingresos según los premios
Con estas características, la Agencia Tributaria se quedará con 72.000 euros de cada décimo del “Gordo” premiado. Como quiera que de cada número la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado emite 1.930 décimos, a Hacienda sí que le tocará el “Gordo”, premiado con 4 millones de euros por serie: 138,9 millones de euros, sin necesidad de jugar. Para el agraciado serán los 328.000 euros restantes: los 40.000 que están exentos de tributación y el 80% de los 360.000 euros que sí están sujetos al gravamen del 20%, es decir, 288.000.
En el caso del segundo premio, dotado con 1.250.000 euros por serie y 125.000 por décimo, Hacienda recaudará un máximo de 31,8 millones de euros, a razón de 17.000 euros por décimo. Al agraciado le corresponderán libres de impuestos un total de 108.000 euros. El tercer premio, dotado con 500.000 euros por serie, tiene también una mínima parte que está sujeta al gravamen. Cada décimo del tercer premio recibe 50.000 euros Como quiera que 40.000 euros están libres de tributación, Hacienda solo aplicará el gravamen a los 10.000 euros restantes, a razón de 2.000 por décimo. En total, en las 193 series, 3,86 millones de euros para sus arcas.
El gravamen sobre la lotería y otros juegos de azar es fruto de la 'rapiña' tributaria que se propagó por España en 2013, tras la crisis de la deuda soberana de los países del sur de Europa para que los desequilibrios presupuestarios no se descontrolaran aún más.. Cualquier producto o servicio podía ser objeto de un gravamen nuevo con tal de recaudar más, aunque fueran unos cientos de millones de euros.
El pasado año, el gravamen sobre los premios de lotería proporcionó a Hacienda unos ingresos extraordinarios de 322 millones de euros. En los diez primeros meses de este año, últimos datos recogidos por la Agencia Tributaria, la recaudación ha ascendido a 279 millones de euros, una cantidad similar a la del mismo periodo de 2023. Los meses de mayor recaudación son enero y febrero, coincidiendo con los periodos de cobro de los sorteos de Navidad y El Niño.
