Los 'hombres de negro’ vuelven a España. Al menos los que trabajan en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta semana aterriza en nuestro país una delegación de la institución que dirige Christine Lagarde para analizar de arriba abajo la situación económica antes de elaborar su informe anual. La visita estaba prevista inicialmente para primavera, pero la situación política del país llevó al fondo a retrasar el viaje. De poco ha servido, porque el gobierno sigue en funciones, pero lo cierto es que la salida de Pedro Sánchez del PSOE hace cada día un poco más viable la investidura de Mariano Rajoy antes de que acabe octubre.
La delegación estará encabezada por Andrea Schaechter y mantendrá encuentros con el equipo de Mariano Rajoy --aunque esté gobernando en funciones--, con los partidos de la oposición, empresarios, sindicatos y otros agentes del mundo económico. Los encuentros empezarán esta misma semana y se prolongará hasta el lunes 24 de octubre. El día 25, la misión abandonará España con toda la información que busca para hacer un diagnóstico de la situación del país y plantear una serie de recomendaciones para España.
La llegada coincide con la aprobación del plan presupuestario que el Gobierno tiene que enviar a Bruselas antes del 17 de octubre. El Ejecutivo aprobará un informe sobre dicho plan el viernes en Consejo de Ministros detallando las líneas generales de la prórroga presupuestaria, puesto que no puede poner en marcha nuevas medidas al estar en funciones. Además, incluirá un objetivo de déficit ligeramente más alto al 3,1% que exige la Comisión. Y como no será suficiente, el Gobierno se comprometerá a elaborar un nuevo Presupuesto con los ajustes que requiere Bruselas (de unos 5.000 millones) en cuanto se despeje la investidura.
El Gobierno no puede hablar aún de nuevas medidas, pero la investidura parece cada día más despejada
Esta misma semana el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Pierre Moscovici, dejaron claro a España que entienden que ahora no está en condiciones de presentar cambios de política económica, pero exigirán los ajustes en cuanto haya Gobierno. Además, Dijsselbloem endureció el tono al pedir al Gobierno que analice “con lupa” las cifras que va a plantear en su plan presupuestario porque tiene tendencia a equivocarse. Un duro mensaje que no gustó mucho al Ejecutivo español.
En cualquier caso, es posible que el ministro de Economía, Luis de Guindos, transmita el mismo mensaje a la Comisión y al FMI: Prórroga presupuestaria, pero solo de momento. Y en unas semanas, cuando se despeje la situación política y el PP sea capaz de formar Gobierno, nuevos Presupuestos y nuevas medidas para reducir el déficit. A partir de ahí, la institución financiera elaborará sus recomendaciones, previsiblemente en línea con las que ya hizo la Comisión: cambios en IVA, reforma de la administración y de pensiones, mayor control en la contratación pública y meter en cintura a las comunidades autónomas.
El Gobierno sacará pecho al vender al FMI la última medida aprobada para cuadrar las cuentas este año: la fijación de un mínimo obligatorio en el pago fraccionado del impuesto del 23%. Del 25% para la banca. Con esta iniciativa, el Gobierno quiere recaudar 8.000 millones más este año y cuadrar el déficit tras el desfase de 2015 y evitar, además, la congelación de los fondos estructurales que estudia la Comisión por valor de unos 1.300 millones de euros.
Se reunirá con empresarios y sindicatos en plena negociación de la subida salarial de 2017
Después de reunirse con el Gobierno, el FMI meterá presión a los principales partidos de la oposición. Y en la semana del 17 se reunirá con los agentes sociales, que actualmente negocian la subida salarial de 2017. La moderación salarial ha sido también uno de los mensajes más recurrentes del Fondo en los años de crisis. De hecho, en el año 2013 llegó a proponer una reducción salarial del 10% en dos años, con una bajada del 1,7% de las cotizaciones a la Seguridad Social, y una subida del IVA, pasando al tipo general algunos productos actualmente tributan a tasa reducida.
Y una vez que se haya reunido con todos los agentes económicos que figuran en su lista, la delegación del Fondo volverá a Washington para trabajar en el informe anual. A pesar de las dudas que pueda tener la institución sobre España, lo cierto es que mejoró sus previsiones de crecimiento la semana pasada. En concreto, elevó cinco décimas la cifra prevista para 2016, hasta el 3,1%, y una décima la de 2017, hasta el 2,2%. Esto supone la mayor revisión de las realizadas a las principales economías del euro. Sin embargo, el Fondo también ve la desaceleración que pronostican todos los organismos y avisa de que a medio plazo del ritmo de crecimiento español se quedará en el 1,5%.