Economía

Nuevo giro ‘verde’ de Iberdrola: renuncia a compras de gas natural a 20 años vista

La compañía se desmarca de la tendencia del sector al deshacerse de sus contratos de aprovisionamiento de gas natural de largo plazo, apenas cinco años después de firmar uno de los más voluminosos en EEUU

  • El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán

El futuro de Iberdrola no pasa por el gas natural, al menos a largo plazo. La compañía ha dado un nuevo giro de tuerca en su apuesta por las energías limpias al incluir los contratos a aprovisionamiento de gas a largo plazo en el programa de desinversiones contemplado en su plan estratégico. La eléctrica renuncia de este modo a acuerdos entre los que se encuentran el firmado en 2014 con la estadounidense Cheniere, que le aseguraba el suministro durante 20 años.

A partir de ahora, Iberdrola acudirá al mercado en función de sus necesidades de aprovisionamiento de gas natural, tanto para sus clientes finales como para las centrales de ciclo combinado que mantiene operativas. De este modo, la empresa que preside Ignacio Galán se desmarca de sus dos principales competidores en España, Endesa y Naturgy, y también de los grandes del sector en Europa, que sigue apostando por este tipo de contratos a muy largo plazo.

La propia Iberdrola optó por esta modalidad a mediados de la década, en el contexto de un inestable mercado del gas que presentaba una fluctuación de precios prácticamente sin precedentes, con notables variaciones incluso a lo largo de la travesía de los cargueros que transportaban la materia prima. En este escenario firmó el mencionado contrato con Cheniere, que contempla precisamente este 2019 como el primer año en el que comenzaría a recibirse el gas. Pero Iberdrola no ha dudado en aprovechar la estabilidad que ahora presenta el mercado para desligarse de contratos de este tipo.

No sólo ha variado la situación del mercado sino también el contexto nacional e internacional. Desde entonces, la Unión Europea se ha situado a la cabeza de la lucha contra el cambio climático, con unos ambiciosos objetivos de penetración de energías renovables y de reducción de gases contaminantes que incluso revisó al alza el pasado año, tras un acuerdo histórico entre la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo.

Desplome del mercado spot

Además, el Gobierno español también está decidido a arriar la bandera de la descarbonización de la economía con unos objetivos particulares que superan los comunitarios y un Plan Integrado de Energía y Clima alabado por la Comisión Europea, que contempla inversiones superiores a los 230.000 millones de euros para el despliegue de renovables.

Circunstancias que no existían cuando se firmaron estos grandes contratos (tampoco el 'boom' de la energía fotovoltaica) y que ahora son realidades que han generado dudas sobre el futuro del gas como energía de respaldo. La decisión de Iberdrola sugiere que sus planes respecto a sus necesidades de gas a largo plazo son diferentes de los diseñados hace apenas cinco años.

El precio del gas natural en el denominado mercado spot (a corto plazo) acumula un retroceso cercano al 40% en lo que va de año. Un motivo de eficiencia para cambiar de estrategia de aprovisionamiento que, en realidad, no es sino un paso más en una apuesta por una cartera de energías sin emisiones.

Los expertos no prevén que este movimientos de convierta en tendencia. Al contrario, los contratos a largo plazo seguirán siendo la principal herramienta para el aprovisionamiento de gas natural por parte de los grupos energéticos.

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