El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas ha detallado a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal el cambio en el Impuesto de Sociedades que ha prometido a Bruselas para mejorar la evoluvión de las cuentas públicas y evitar así la multa por el desvío de déficit. Cuando se anunció la medida, el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, solo dijo que consistía en fijar un tipo mínimo a los pagos fraccionados que hacen las empresas a Hacienda, pero no dio más detalles.
Fuentes de la Autoridad Fiscal han asegurado que el Ministerio de Hacienda les ha dicho que este tipo mínimo será de "al menos" el 20% sobre el resultado contable de las empresas, muy por encima del 12% que estuvo vigente en el año 2015, último año en vigor de la medida. A pesar de ser bastante más elevado, la AIReF no tiene claro que la medida pueda aportar los 6.000 millones comprometidos con las autoridades comunitarias.
La medida tendrá carácter permanente, lo que la convierte en una subida fiscal
Las mismas fuentes han avanzado que la medida tendrá un carácter permanente, lo que la convierte en una subida de impuestos y no en un mero adelanto por parte de las empresas que se podría ajustar al año siguiente, como sostenía el Gobierno. Aun así, la AIReF duda de que el impuesto acabe el año recaudando un 20% más que en 2015, como había presupestado el Gobierno.
Para entender mejor el cambio que prepara Hacienda conviene recordar que las empresas pagan tres pagos fraccionados al año y adelantan así parte de lo que tienen que pagar cada ejercicio al Fisco. Y lo hacen en función de la cuota del año anterior o la base imponible de los tres, nueve u once primeros meses. Ellas eligen cómo hacerlo. Al año siguiente se hace la liquidación en julio para ver si han pagado más o menos de lo que debería.
Un tipo más ato que en 2015
- La idea del Gobierno es fijar un tipo mínimo de al menos el 20% de resultado contable para estos pagos fraccionados y hacerlo de carácter permanente. En 2012 ya se aprobó una medida similar que se prorrogó hasta 2015, pero con un pago mínimo del 12%. De hecho, la desparición de esta medida es la que está provocando un fuerte agujero en la recaudación del impuesto.
Por eso el Gobierno quiere ahora recuperarla con un tipo mínimo más alto que entonces y convertir la medida en permanente, lo que hace que en lugar de ser un mero adelanto de las empresas que genere liquidez al Gobierno para cumplir el déficit, se convierta en una subida fiscal. Con este tipo de medidas, el Gobierno quiere demostrar que está dispuesto a reducir el saldo de forma estructural.