Los March habrían comunicado ya a Banca Privada D´Andorra y demás antiguos accionistas de Inversis Banco su decisión de no ejercer el tanteo, según señalan fuertes implicadas en el proceso de venta, opción para la que todavía tienen un plazo que finaliza en algo más de una semana. Ese derecho lo tenían reconocido los accionistas, pero todos han manifestado su voluntad de acogerse a la oferta de BPA, excepto los March.
Por tanto, si pusieran sobre la mesa los 215 millones puestos por los andorranos, Inversis cambiaría de manos. Esta cláusula se incluyó, precisamente, tras la entrada de Banca March en el capital en 2006: la entidad se hizo con un paquete accionarial que le daba derecho a presencia en el consejo y de paso introdujo esa cláusula.
Banca March se ha mostrado siempre muy cómoda en el banco on line, que ha utilizado de manera masiva, tanto en intermediación como en custodia. Los demás accionistas reconocen que “les ha fastidiado” este cambio de manos ya que “estaban bien como estaban antes” y además, “les incomoda que pase a su competencia parte o toda la información de sus clientes”.
Así, ha habido contactos entre BPA y los March para defender sus derechos como clientes y, de paso, presionar para lograr una mejora de condiciones. Eso está ya conseguido y las partes dan por hecho que se acogerán a la venta y el 5% que controlan pasará también a manos andorranas.
Sin embargo, formalmente los March insisten en que nada ha cambiado: “no hemos dicho nada de manera oficial y pensamos agotar los plazos”. Pero en mercado nadie acierta a ver a los March acudiendo a igualar un precio estratosférico que en parte han fomentado ellos por su disgusto ante las ofertas iniciales.
