La banca de inversión más grande continúa ofreciendo su punto de vista sobre el proceso secesionista iniciado por Artur Mas y el último en salir ha sido JP Morgan. Esta semana hicieron lo propio UBS o RBS. Los estadounidenses atacan donde más duele: la independencia es posible, pero una Cataluña como país no mejorará su situación fiscal. Esto hace buenas otras teorías de algunos expertos que han emitido informes sobre las balanzas fiscales, calculadas de manera errónea. Además, añade que abre un complicadísimo debate: ¿cuántos estados de la Eurozona pueden convocar referéndum, disconformes con la solidaridad hacia otras zonas?
En un informe titulado "El desafío catalán formula preguntas reales a Europa", los estadounidenses afirman que “Cataluña no mejoraría su senda fiscal en un entorno de independencia”. En JP apuestan por que se mantenga a medio plazo el marco autónomo. “En el largo plazo, tal vez sería sostenible fiscalmente el país, aunque en el corto hay serias dudas sobre los costes de transición”. Es decir, sufriría un proceso muy duro y recibiría una carga de deuda muy elevada, para finalizar en el futuro prácticamente como estaba. "Los beneficios financieros de la independencia no serían grandes", concluyen
En este sentido, hay disponible por Internet un informe de un catedrático de economía que no ha querido revelar su nombre (pero Vozpópuli está en condiciones de asegurar que se trata de un prestigioso académico en materia económica que de momento prefiere seguir en el anonimato) que revela que la metodología para el cálculo de las balanzas fiscales es errónea. Cataluña denuncia que sufre un déficit fiscal de 16.000 millones, equivalentes al 8,5% del PIB catalán, pero hay ocultos unos gastos del sector público español en Cataluña de 14.000, que dejarían la balanza casi en equilibrio, o con un pequeño déficit en su contra.
En 2014 como pronto
Por otro lado, JP Morgan no contempla que Artur Mas quiera acelerar el proceso secesionista al principio de su mandato, si gana las elecciones. De momento, según las encuestas no está claro que haya más de un 50% de la población claramente a favor de la independencia y además, la dura crisis económica hace que sea más lógico plantear cualquier tipo de consulta más adelante, cuando haya un escenario de recuperación. “Como muy pronto, la esperaríamos para 2014”, afirman los expertos del banco de negocios.
En la industria financiera contemplan con malos ojos todo esto, que no hace sino complicar la complicada situación de España y la UE. Un rupturismo de complicada solución que ni mucho menos es lo más adecuado en plena crisis de deuda, con la reordenación financiera pendiente y con la moneda única sufriendo un auténtico test de stress.
“La independencia de Cataluña es lo contrario a una relación win-win, es un caso claro de lose-lose”, decían desde una sociedad de valores española. “¿Qué deben pensar los ciudadanos catalanes que es mejor, depender de Rajoy o de Merkel?”
En este sentido JP Morgan avisa del peligroso precedente que abre Mas: “Cataluña se queja de que no quiere subsidiar otras regiones más pobres de España, entonces, ¿Por qué deben hacerlo Alemania u otros países del norte de Europa?” A su vez, “lo mismo podrían preguntarse algunos miembros del FMI, como China, sobre la Eurozona”. Cataluña puede liderar un proceso de desmutualización global. “El mandato político sobre transferencias fiscales pueda ser testado por muchas otras zonas de la Eurozona”. Algo que choca frontalmente con los mensajes de los principales políticos, que prometen más euro, con asuntos como la unión bancaria, la supervisión única etcétera.