La palabra "regulación" es como un mantra entre los taxistas cuando exigen que los vehículos de alquiler con conductor (VTC) cumplan la normativa, pues consideran que "una liberalización dejaría en la calle a cien mil familias" vinculadas con el sector y "desprotegidos" a los usuarios.
"Si el Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional dan la razón a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) perderíamos todos", dice en una entrevista con Efe el presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM), Julio Sanz, que lo es también de la Confederación de Taxistas Autónomos de España (CTAE).
En varias ocasiones a lo largo del año, el sector del taxi ha clamado ante el Ministerio de Fomento en Madrid y en otras ciudades, por una regulación que acabe con el "vacío legal" de los VTC vinculados a plataformas como Uber y Cabify.
Como recuerda Sanz, los taxistas piden que no sean concedidas más licencias y que se respete la proporción legal de "1/30", una licencia para VTC por cada treinta para taxis.
Si cualquier persona puede poner en marcha un coche y transportar pasajeros, entonces directamente sobrará el taxi"
Julio Sanz resume en pocas palabras el descontento de sus representados: "si en cualquier lugar de España cualquier persona puede poner en marcha un coche y transportar pasajeros, entonces directamente sobrará el taxi".
El presidente recuerda cómo en un comienzo, allá por 2012, los VTC eran un servicio de transporte "de alta gama, dirigido a directivos empresariales de alto poder adquisitivo".
"En aquel tiempo había en Madrid 15.723 taxis y 579 vehículos VTC en convivencia perfecta", dice Sanz, pero recuerda también el lapso, entre 2013 y 2015, en el que "las VTC quedaron desreguladas en aspectos fundamentales, un vacío legal en el que fue posible pedir licencias y a partir de ahí quedó en entredicho el contingente 1/30 que permitía la coexistencia de los diversos medios de transporte".
Poco antes de terminar 2015 el Gobierno aprobó el reglamento de la Ley de Ordenación del Transporte (LOT) y una orden ministerial destinada a detener la solicitud de más licencias VTC, pero poco después la CNMC recurrió esas "restricciones injustificadas a la competencia que perjudican a los consumidores, a las empresas, a los autónomos y al propio sector público".
Si resultan aprobadas, dice Sanz, el resultado será "un mercado mucho más saturado que el actual"
"La situación ideal era la que había en 2012 -dice Sanz- porque se respetaba el porcentaje mínimo de un taxi por cada 2.000 habitantes". Ahora, ante los recursos de la CNMC, será el Tribunal Supremo el que deba pronunciarse acerca de si esas licencias concedidas entre 2013 y 2015 deben ser autorizadas o no.
Si resultan aprobadas, dice Sanz, el resultado será "un mercado mucho más saturado que el actual", en el que hay el mismo número de licencias de taxi que hace cinco años frente a 2.319 autorizaciones VTC, "cuando de estas debería haber solo 579".
Esto ha supuesto que haya hoy "cuatro veces más y que el reparto haya pasado de 1/30 a 1/7 o menos" en Madrid, 1/5 en Asturias o 1/15 en Barcelona.
"Hay un sobredimensionamiento tremendo", dice el presidente de los taxistas y considera que ante tal situación el sector insiste en exigir el cumplimiento de la norma según la cual en las comunidades autónomas donde hay contingente este debe estar correspondido con su respectivo porcentaje.
Julio Sanz dice que las plataformas VTC "utilizan unas tácticas de rebaja de tarifas que se pueden entender como competencia desleal"
Abundando en "el exceso y la saturación", Julio Sanz dice que las plataformas VTC "utilizan unas tácticas de rebaja de tarifas que se pueden entender como competencia desleal de un sector que debería tener tarifas reguladas, como las tiene el taxi".
Como ejemplo cita el ofrecimiento de una de esas plataformas de una tarifa de 15 euros al aeropuerto de Madrid, a la que se refiere como un "claro ejemplo de 'dumping' empresarial sin margen de beneficios para intentar eliminar competidores".
"Eso es trabajar a pérdida para lograr cuota de mercado. Así eliminan a la competencia tradicional del taxi y al quedar solo ellos impondrán sus tarifas", dice Sanz, que no deja de advertir sobre la indefensión en que pueden quedar los usuarios.
Y acerca del supuesto monopolio del que se acusa al taxi, Sanz asegura que sólo se trata de "algo retórico, algo que el taxi no es ni quiere ser: No queremos la exclusividad, no son nuestros los clientes".
Lo que sí quieren los taxistas, dice, es "un número justo y necesario" de vehículos; "que se cumpla la ley"; que "si hay unas normas las cumplamos todos para que nos beneficiemos todos".