"Es un gran precedente, se ha abierto el melón, sin duda", dice un portavoz de Greenpeace a Vozpópuli. Lo hace tras conocer el último fallo del Tribunal de Justicia Europeo. El Alto Tribunal ha ordenado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés) desclasificar los informes sobre la potencial toxicidad cancerígena del herbicida glifosato que se tuvieron en cuenta para su aprobación - respaldada por España - y que hasta ahora no han sido publicados.
El ente regulador se había opuesto a darlos a un grupo de ambientalistas y europarlamentarios esgrimiendo que se podría vulnerar el interés comercial del impulsor, Monsanto, filial de la alemana Bayer. En contrapartida, el fallo europeo ha fijado que el interés público prima por sobre el comercial toda vez que se trate no solo de información sobre "qué es lo que se emite al medioambiente" (el producto) sino también sobre la "forma" en que "las emisiones" del producto "podrían afectar al medioambiente".
El fallo sienta un precedente positivo ya que abre la puerta a que científicos independientes puedan valorar de verdad el modo en que la Agencia Europea ha llegado a sus conclusiones"
"El fallo sienta un precedente positivo ya que abre la puerta a que científicos independientes puedan valorar de verdad el modo en que la Agencia Europea ha llegado a sus conclusiones sobre el potencial impacto de este y otros productos como así también el contenido y la calidad de los informes en los que se han basado, y si es posible contrastarlos científicamente", explica Ildefonso Hernández Aguado, catedrático de Salud Pública y exdirector general de Salud Pública del ministerio de Sanidad.
Hernández Aguado puntualiza que el grupo de los "disruptores endocrinos" podría verse salpicado por la sentencia del glifosato, esto es, todas aquellas sustancias que pudieran llegan alterar el funcionamiento hormonal de los seres humanos. De forma similar, desde Greenpeace esgrimen que la nueva 'ola' de transparencia podría alcanzar a productos insecticidas como el Tiacloprid (también de Bayer) o el Clorpirifós (prohibido en EE.UU.).
"Orientación" para el futuro
La sentencia sobre el glifosato, en cualquier caso, parece haber sorprendido tanto a los impulsores como a los reguladores europeos. Estos últimos, de hecho, dejan entrever que el impacto de la sentencia, de volverse firme, podría trascender a este caso concreto.
"La EFSA da la bienvenida a la decisión", dice un portavoz de la Agencia a Vozpópuli. "Este caso y la decisión del Tribunal son importantes porque proporciona orientación para la EFSA y otros encargados de interpretar la legislación de la UE sobre el acceso público a los documentos". Fuentes de la EFSA han reconocido a este medio haber seguido el mismo proceder que con el glifosato con al menos otras 70 sustancias activas. "Evaluaremos cuidadosamente la decisión (del tribunal) antes de poder responder a cualquier pregunta relacionada con os próximos pasos", insisten desde la Agencia.
La reacción de Bayer
La sentencia puede ser recurrida en los próximos dos meses, un extremo que no se puede descartar tampoco por parte de Bayer. La alemana ha respondido a este medio que "estamos revisando actualmente la decisión del Tribunal".
Paralelamente, desde la multinacional prometen publicar en el presente mes de marzo hasta 300 estudios que defienden al glifosato. Se trataría de la publicación al completo de los informes cuyos resúmenes difundió la compañía el pasado diciembre y que, como informó este medio, son informes de un consorcio de empresas abanderado por la propia Monsanto.
En ese mismo mes de diciembre, Bayer acabó tocando su fondo bursátil, por debajo de los 60 euros por acción. Lo hacía tras una debacle que había comenzado en agosto, cuando un jurado de California condenó a Monsanto a pagar una multa multimillonaria a un jardinero enfermo de cáncer por no haberle advertido de los supuestos riesgos del herbicida.