En plena tormenta por el caso Negreira, Joan Laporta no tiene más que apurar maneras de apagar el incendio. Nuevas palancas con las que aplacar el impacto del escándalo en las ya golpeadas cuentas del gigante blaugrana, que se aferra a su inocencia ante un juicio que no tendrá sentencia en años.

Rebajar el impacto a corto plazo es una de las mayores preocupaciones del 'president'. Tras su enérgica rueda de prensa buscando desviar el foco de los pagos al exnúmero dos de los árbitros hacia el "equipo del régimen", el mandatario blaugrana se ha desplazado hasta Eslovenia para verse con el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin. El entorno del ejecutivo culé traslada optimismo sobre las sensaciones que le ha dejado el abogado esloveno, en torno a cuya esfera de poder estriba la decisión de que el Barça sea o no excluido de la próxima Copa de Europa por la cuestión reputacional.

El factor reputacional también está lastrando el cierre de la financiación del nuevo Camp Nou, que Laporta no se plantea posponer más allá de este mes de abril. El pago de un interés del 6% para un primer tramo de 500 millones con el resto negociable a futuro es el escenario deseado por el 'president', frente al 2-3% que existía cuando pidió permiso a los socios para el crédito de 1.500 millones. "La rueda de prensa sobre Negreira dos meses después no ha ayudado especialmente", reconocen fuentes cercanas a la negociación de la financiación, si bien se da por hecho que la misma se cerrará puesto que los inversores siguen viendo un importante atractivo potencial al Barcelona.

Laporta negocia por Messi mientras trabaja para obtener 200 millones

El tercer gran frente es el de la renovación de la plantilla con la loza de un déficit de 200 millones a ojos de LaLiga. En este sentido, el club se ha comprometido a obtener el margen por diferentes vías, como ser la venta del 49% de BLM -el área de comercio físico del club, por el que en 2022 se recibieron ofertas por 200 millones- sin descartarse también el traspaso de jugadores y una rebaja de gastos generalizada más allá del primer equipo.

Todo ello, en suma, con el objetivo de poder encajar la ficha de Lionel Messi, a quien el club maniobra para atraer de vuelta con una importante rebaja de sus actuales emolumentos. Y es que, según confirman fuentes conocedoras a Vozpópuli, el regreso de Messi no es un farol de Laporta, sino que la Ejecutiva blaugrana está realmente haciendo gestiones por el argentino. De hecho, ha mantenido conversaciones con LaLiga de cara a conocer las vías que, a entender de la patronal, permitirían el regreso del siete veces Balón de Oro a la disciplina blaugrana.

Para el fichaje del campeón del mundo, el entorno del presidente blaugrana cita motivos económicos al margen de los deportivos. Y es que, según corroboran las auditorías del club, la partida de patrocinios se ha depreciado un 30% desde la salida del argentino en 2021, el doble de lo que cayó, en el mismo tiempo, la del Real Madrid.

Tras la salida del argentino, el Barça ha dejado de ingresar unos 130 millones anuales, un déficit que en la directiva esperan compensar con el regreso de Leo

Tras la salida del argentino, el Barça ha dejado de ingresar unos 130 millones anuales, un déficit que en la directiva esperan compensar con el regreso de Leo. Y es que, según la consultora BrandFinance, el mejor jugador de la historia tenía en 2021 un impacto de 171 millones de euros sobre la marca de los blaugrana, equivalente al total de emolumentos a los que optaba entre fijos y variables cada temporada (con un máximo de 140 millones).

Ahora, Messi regresaría al Barça con un salario bruto anual de 25 millones, un tercio de lo que percibe actualmente en el Paris Saint Germain y del mínimo que cobraba antes en Barcelona. Claro que esa es la intención de la directiva blaugrana, que ve en Leo, a sus ya casi 36 años, una palanca de dos años para capear el temporal de Negreira y dos temporadas sin pasar de la primera fase de la Champions.

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