El diario La Razón ha decidido prescindir del sistema de auditoría de audiencias de la Oficina para la Justificación de la Difusión (OJD), lo que le convierte en el primer medio impreso generalista que toma esta medida. Los clientes de esta empresa han recibido recientemente una nota que informa al respecto, tal y como han trasladado a Vozpópuli.
Desde el periódico de Planeta, consideran que existen otras métricas que muestran de una forma más completa los resultados del periódico, por lo que han optado por abandonar la OJD, tal y como trasladaron a sus lectores hace unas semanas, expresan fuentes cercanas al rotativo.
Entre algunos de sus competidores, ha llamado la atención la decisión en este momento en el que La Razón se encontraba por detrás de ABC y El Mundo en cuanto a venta al número tras haber llegado incluso a adelantar a ambos medios a mediados de 2016.
Mala situación del sector
Hay que tener en cuenta que la caída de la difusión de los diarios ha sido de dos dígitos en los últimos meses, en los que la pandemia ha afectado ostensiblemente al sector. Los quioscos permanecieron abiertos durante el confinamiento de la pasada primavera, pero las restricciones a la movilidad provocaron un fuerte golpe en estas empresas.
Tal es así que, hasta septiembre la pérdida de difusión acumulada de El País fue del 29,83%, frente al 19,51% de ABC, el 38,64% de El Mundo, el 19,72% de La Vanguardia y el 35,53% de El Periódico de Catalunya.
Ningún periódico alcanza, ni de lejos, la barrera psicológica de los 100.000 ejemplares diarios. De hecho, el pasado octubre La Vanguardia obtuvo 73.296, El País, 72.471; ABC, 53.436; El Mundo, 45.111; y El Periódico, 33.506.
El pasado enero, cuando todavía se encontraba en la OJD, y antes de que se iniciara la crisis de la covid, La Razón difundía 41.711 periódicos diarios, frente a los 68.813 de El Mundo y los 64.282 de ABC. Es decir, se encontraba a una distancia considerable de sus dos rivales en el sector de la prensa conservadora.
Tras conocer esta noticia, fuentes de la OJD han defendido su método de medición y certificación de la audiencia de cabeceras escritas y digitales, que consensúan sus directivos con el visto bueno de los editores.