En las últimas semanas, los españoles han visto, personalmente o a través de las redes sociales, lineales donde faltaba leche o aceite de girasol, una situación que obedece a las tensiones en la cadena de suministro por la guerra y el paro de transportes, pero también al repunte importante de las compras.
Primero fue aceite de girasol, cuya adquisición se ha limitado en algunas cadenas de supermercados para evitar acopio por parte de los ciudadanos; después ha sido la leche, pero también se ha multiplicado la demanda de otros productos no perecederos como el arroz, la pasta y las legumbres.
Incrementos del consumo de más del 20%
Las principales agencias consultoras de gran consumo ya tienen los datos sobre el comportamiento de los consumidores una vez iniciada la guerra y con la amenaza del paro del transporte, esto es, los de la semana 10.
El experto en Retail de Kantar, división Worldpanel, Bernardo Rodilla, ha explicado a Efeagro que los hogares españoles gastaron, de media, entre un 15 y un 20 % más en gran consumo con respecto a la misma semana de 2021, cuando aún persistían los efectos de la pandemia.
Recuerda que cuando estalló el conflicto en Ucrania, ya se estaban detectando cambios en el consumidor por el alza de los precios y que, como efecto de esta noticia, se ha producido un efecto acopio, pero de productos "muy concretos".
Así, la compra de aceite de girasol se ha multiplicado por tres, la pasta también ha experimentado un incremento muy importante y se ha gastado un 50 % más en conservas, por dos motivos: el miedo al desabastecimiento, pero "sobre todo a la subida de precios", explica.
Hasta un 23 % eleva el incremento del gasto en gran consumo de los españoles la consultora Nielsen IQ en esa misma semana, un dato bastante homogéneo en todas las comunidades y que, además, se prevé que vaya a más.
Acopio y miedo al incremento de precios
El efecto del paro unido a la guerra de Ucrania se conocerá en unos días, pero todo "parece indicar que seguiremos viendo cifras atípicamente altas", señala a Efeagro el experto en distribución de esta consultora, Ignacio Biedma.
Añade que incluso antes de que empezara el paro "los españoles han metido más en la cesta de la compra, sobre todo productos relacionados con el acopio, no perecederos, pero que también cubren la demanda de productos por solidaridad", esto es, para los envíos a los afectados por la guerra en Ucrania.
Por ello, pastas, arroces, legumbres secas son algunas de las familias que crecieron por en encima del 100 % en esas semana.
La situación en el consumo, ¿similar a la de la pandemia?
Las patronales de gran consumo, desde el campo a la distribución, pasando por la industria y la restauración, lanzaron este miércoles un SOS en una rueda de prensa conjunta ante las pérdidas millonarias.
La distribución ha señalado que se está trabajando para garantizar las "familias de productos" en los comercios y se ha pedido, en reiteradas ocasiones, responsabilidad al consumidor para evitar que la situación se agrave.
Si la industria ya reconocía que la situación era similar a los momentos más duros de la pandemia para muchas empresas de su sector, en el caso del consumo no se han visto incrementos como los que se vivieron en el primer estado de alarma que alcanzaron picos del 70 % del gasto de los hogares.
Y es que de no contar con este antecedente tan cercano, "estaríamos hablando de cifras históricas" con el repunte de dos dígitos de estas primeras semanas de guerra, reconoce el experto Ignacio Biedma.
Lo cierto es que después de una pandemia, con los precios al alza, un guerra que ya dura un mes y casi dos semanas de huelga del transporte, la cadena alimentaria sigue esforzándose para funcionar, aunque tensionada, para mantener su actividad que es la de llevar alimentos a nuestra mesas.