Macroeconomía

El BdE alerta del riesgo de "debilitamiento" económico al inicio de la nueva legislatura

Eleva 7 décimas el alza del PIB este año (2,3%), pero avisa de que en las últimas semanas se han observado señales de desaceleración que si se intensifican, rebajarían las perspectivas

  • La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. -

El Banco de España (BdE) ha actualizado este lunes las últimas proyecciones de marzo con una revisión al alza del Producto Interior Bruto (PIB), que crecerá este año siete décimas más de lo previsto hace tres meses, pero también de la inflación subyacente. Según sus nuevos cálculos, la economía española crecerá este año un 2,3%, y la inflación general se moderará al 3,2%. Los precios menos volátiles (si se excluyen la energía y los alimentos) subirán, de media, un 4,1%.

El supervisor bancario ya había avanzado que revisaría al alza el crecimiento del PIB este año tras conocerse los últimos datos de la Contabilidad Nacional publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en abril, que de manera automática elevan la tasa de crecimiento en 2023. Cinco de las siete décimas vienen dadas, según el BdE, por la revisión al alza del crecimiento en los últimos dos trimestres de 2022 (0,4% en ambos casos, frente al 0,2% que había publicado) y por el avance del primer trimestre (0,5%), también más intenso de lo esperado.

El segundo trimestre se prevé también más dinámico de lo previsto e, incluso, que el primero, con un ritmo de avance que podría situarse en el entorno del 0,6%, según el Banco de España. Sin embargo, "el trimestre ha ido de más a menos", ha dicho el director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán.

"En su parte final han podido observarse ciertas señales de desaceleración que, como ocurre a escala global, posiblemente sean una manifestación del endurecimiento de las condiciones financieras". Las señales de deterioro o debilidad, según el supervisor bancario, se localizan en el empleo (afiliación a la Seguridad Social) y los indicadores de confianza, fundamentalmente, por el efecto que el endurecimiento de la política monetaria tiene en la actividad, que tarda entre año y medio y dos años en trasladarse totalmente.

Para el segundo semestre, se espera un dinamismo similar al del primero, pero "si se produjera una mayor intensificación de estas debilidades, las perspectivas habría que revisarlas a la baja", ha señalado durante la presentación Ángel Gavilán.

"Los precios seguirían subiendo tanto en alimentos como en subyacente en todo el horizonte de proyección"

En lo que respecta a los precios menos volátiles, "las sorpresas recientes al alza" han acarreado también que la previsión sobre la inflación subyacente de este año se eleve dos décimas, del 3,9% al 4,1%. En cambio, si se incluyen los precios energéticos y los alimentos, la inflación general prevista es más baja que hace tres meses. En media, los precios crecerán este año un 3,2%, frente al 3,7% que el Banco de España proyectó en marzo.

Aquí tiene una fuerte incidencia la energía, que ahora presiona a la baja esta tasa. Sin embargo, en la segunda mitad del año los efectos base (a finales del año pasado la energía experimentó caídas acusadas) provocarán que, tras alcanzar su mínimo en junio (situándose en el 2%), la inflación general va a repuntar en el segundo semestre, un repunte que se mantendrá en 2024 por la retirada de las medidas.

Además, advierte de que "la incertidumbre acerca del comportamiento de la inflación no energética en los próximos trimestres continúa siendo elevada". El BdE espera que el abaratamiento de materias primas y la disolución de los cuellos de botella apoyen, de cara al futuro, la desinflación de los bienes industriales no energéticos.

También la inflación de los alimentos deberían desacelerarse gradualmente en los próximos meses ante la reducción de los costes de producción -aunque, en algunas geografías, una meteorología desfavorable podría obstaculizar la bajada de precios-. Sin embargo, en los servicios la desaceleración será más lenta, por la fuerte demanda en el turismo y el ocio y la subida de los costes laborales, según el BdE.

En todo caso, al ser preguntado por la evolución de los precios de los alimentos y servicios y no su tasa anual (la inflación), Gavilán ha aclarado que "la inflación es positiva" en todo el horizonte y, por tanto, esto significa que "los precios seguirían subiendo tanto en alimentos como en subyacente en todo el horizonte de proyección".

En 2024 repuntará la inflación

En 2024, la economía crecerá algo menos de lo previsto en marzo y de lo que, supuestamente, lo hará este año. El Banco de España plantea ahora un repunte del 2,2%, frente al 2,3 que esperaba hace tres meses, "como reflejo, fundamentalmente, de un endurecimiento de las condiciones de concesión de crédito más intenso de lo anticipado".

Además, el carácter del crecimiento cambiará: si bien este año se sustenta fundamentalmente en el sector exterior (exportaciones y turismo) y la formación bruta de capital (inversiones, fundamentalmente a través de los fondos europeos), el próximo año y en 2025 (cuando el PIB crecerá un 2,1%, según el BdE) se sustentará en la expansión del consumo privado. Se espera que éste, que hasta ahora se ha mostrado débil, empiece a recuperarse gracias a la disminución de las presiones inflacionistas y a la resistencia del mercado de trabajo.

En todo caso, la inflación sufrirá un repunte transitorio en 2024, con una media del 3,6%, como consecuencia de la expiración del grueso de las medidas introducidas por el Gobierno para controlar la inflación a finales de 2023. "Esto hará que el componente energético registre un crecimiento elevado en ese año, que más que compensará la mejora en los alimentos y en la inflación subyacente", destaca.

En todo caso, bajo los supuestos del Banco de España, la inflación general volvería a reducirse en 2025, hasta el 1,8%. Sin embargo, el organismo advierte de que "la incertidumbre acerca de las perspectivas macroeconómicas de la economía española a corto y a medio plazo sigue siendo muy elevada".

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