España sigue creciendo en población, pero no es por los nacionales. Con la natalidad bajo mínimos y la emigración continua de españoles, los habitantes nacidos en el país van reduciéndose año a año y el saldo neto positivo se debe por completo a aquellos nacidos en el extranjero.
Los datos del primer trimestre arrojan alrededor de medio millón de habitantes más que hace un año, con una media de 1.300 habitantes más al día, según la Estadística Continua de Población del INE. Sin embargo, aquellos nacidos en España han bajado, de media, en 200 habitantes al día; mientras que los nacidos en otro país han aumentado en casi 1.500 personas diarias.
Dicho de otra manera, en el último año se han perdido 70.000 nacionales y se han ganado 530.000 extranjeros. En total, España tiene ya 8,91 millones de habitantes nacidos en el extranjero, máximo histórico en la serie del INE. Representan más del 18% de la población total de España, que se sitúa en los 48,69 millones. Por tanto, al ritmo actual, pronto uno de cada cinco residentes habrá nacido en otro país.
Cataluña, la CCAA con más extranjeros
Por comunidades, la región con más residentes nacidos en el extranjero es Cataluña. Rozan ya los dos millones y representan casi el 25% de su población. En todo caso, si se mide en peso sobre el total de habitantes, la comunidad con más peso de extranjeros corresponde a Baleares (28%).
En el contexto europeo, España se encuentra en el grupo de países con una proporción más elevada de inmigrantes, tal y como señala la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). En 2023, último periodo disponible, el porcentaje de población nacida en el extranjero en el conjunto de países de Unión Europea ascendía, según datos de Eurostat, al 13,3%, frente al 17,1% en España.
Insuficiente para sostener las pensiones
Además, la población en España es cada vez más longeva. Los españoles tienen una esperanza de vida al nacer de 84 años. Es el récord de la serie histórica del país y también el máximo entre los países de la Unión Europea. El siguiente es Italia, con 83,8 años de media, mientras que en el conjunto de la UE se sitúa en 81,5 años.
Este envejecimiento poblacional supone una amenaza para el sistema público de pensiones, que busca solución en la creciente inmigración. Sin embargo, el Banco de España (BdE) ha advertido de que no será suficiente para compensar el incremento de pensionistas que se avecina. Para que la tasa de dependencia se mantenga constante en los próximos 30 años, los extranjeros tendrían que aumentar tres veces más de lo previsto, hasta los 37 millones.
Además, el BdE también ha señalado que existe un desacople en el mercado laboral, pues un 80% de los inmigrantes que llevan menos de un año en nuestro país no tienen título universitario. Es decir, que son perfiles que no necesariamente casan con los empleos vacantes. Finalmente, el gobernador, Pablo Hernández de Cos, apuntó en la presentación del Informe Anual en el Congreso que aquellos que llegan a nuestro país también se jubilarán en un futuro.
Con todo, la Comisión Europea y el Banco España, entre otros, han cuestionado recientemente que las medidas adoptadas sean suficientes para compensar el incremento de gasto en pensiones que viene (alcanzará el 17,3% del PIB en 2050, según Bruselas), y el déficit alcanzará su pico máximo (del 3,1% del PIB en 2053), por lo que serán necesarios nuevos ajustes.