El Banco de España ha concluido en un informe que las provincias españolas con un mayor nivel de empleo público respecto al total, con menos proporción de contratos temporales o en las que hay un menor peso del turismo -sobre todo extranjero- son las que han sufrido una caída más leve del Producto Interior Bruto (PIB) en el año 2020.
En concreto, provincias como Cáceres y Badajoz, todas las castellano-manchegas, Zamora, Soria, Lugo, Lérida y Teruel, en las que hay menos fuerza del empleo privado, son las que han terminado el ejercicio con una menor contracción económica, de entre el -8% y el -5%.
"El denominador común que presentan todas estas provincias es una menor exposición al turismo y un mayor peso de los sectores menos afectados por el COVID-19, como la agricultura y el sector público", explican.
Por el contrario, destinos tradicionalmente turísticos como los archipiélagos, Cádiz, Málaga, Granada, Gerona o Alicante, son los que han sufrido los descensos más bruscos, en algunos casos casi del 30%.
Factores que no influyeron en el PIB
El supervisor concluye en su estudio que no existe una relación directa entre la elevada mortalidad que se ha producido en algunas regiones con la caída del PIB. En concreto, señala que las dos Castillas y la Comunidad de Madrid son las que han sufrido tasas de mortalidad más elevadas sin ser las que han sufrido mayores caídas del PIB.
Tampoco influyen en el desplome, según la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos, el peso de las pymes en el total del tejido productivo (ya que es muy elevado en todo el país) ni tampoco el peso de la población rural.
"Se puede interpretar que el diferente impacto de la pandemia en 2020 ha respondido más a diferencias en la especialización sectorial y a cambios en las decisiones de movilidad de las personas (ya sea voluntarios o impuestos por las restricciones) que a la diferente incidencia de la enfermedad", concluyen.