En España se pagan cada mes 10,15 millones de pensiones de distintos tipos a algo menos de 9,2 millones de pensionistas, según los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. La última nómina, la correspondiente al mes de abril, ha supuesto para las arcas públicas un desembolso de 12.711 millones de euros, lo que arrojará en el conjunto del ejercicio el pago de cerca de 180.000 millones de euros, solo en lo que concierne a pensiones contributivas.
La Comisión Europea lleva tiempo advirtiendo en vano del peligro de viabilidad económica futura del sistema público de pensiones, que sigue estando muy cuestionado toda vez que los gastos crecen a una mayor velocidad que los ingresos desde hace muchos años, a pesar de todas las reformas que se suceden año tras año.
La vinculación de la subida anual de las pensiones a la variación del Índice de Precios de Consumo (IPC) de los doce meses anteriores a su entrada en vigor ha hecho saltar todas las alarmas. En abril de 2023, la nómina de las pensiones contributivas ascendió a 11.963 millones de euros. Un año después, exactamente, el Estado tiene que abonar 748 millones de euros más, lo que supone un incremento del 6,25%. A finales de año se rozarán los 13.000 millones de euros mensuales.
Subida de las pensiones
El Gobierno de Pedro Sánchez decidió a finales del pasado año incrementar las pensiones en una media del 3,8%, el mismo porcentaje que subieron los precios entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023. Pero el problema es que, además, hay que pagar 123.299 nóminas más. Y es que la mayor dificultad a la que se enfrenta el sistema público de pensiones es el envejecimiento de la población, la jubilación de los llamados “baby boomers”. Son los nacidos entre finales de 1950 y principios de los setenta, una época con un altísimo índice de natalidad, que han empezado a jubilarse hace unos pocos años.
Con los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, un español cobra como media una pensión contributiva por espacio de 19 años. Es la primera vez que se ha sobrepasado ese listón, que en el año 2019, por ejemplo, estaba en 17,4 años, y en el pasado ejercicio se quedó en 17,5 años. La edad media actual del pensionista tipo es de 71,8 años: 73 en el caso de las mujeres y 70,6 años en el caso de los hombres.
Poco interés por retrasar la jubilación
La realidad es que las distintas medidas adoptadas por los diferentes gobiernos para retrasar la edad de jubilación han tenido un éxito solamente parcial. No son muchas las personas que posponen voluntariamente la edad de cobrar una pensión de jubilación, pero es verdad que, en los últimos ejercicios, se ha pasado de entrar en el sistema público de pensiones con 60,4 años en 2017 a hacerlo con 61,3 años en febrero de este año o 62,5 años en el mes de enero.
En la otra cara de la moneda, el aumento de la edad de causar baja en el sistema ha sido más rápido aún. De acuerdo con los datos del INSS, la media de las bajas producidas en el mes de febrero ha sido de 80,3 años y de 81,6 en el mes de enero. En los años 2017 y 2018, la salida del sistema se había producido con 78,2 años.
En el conjunto del pasado año, la Seguridad Social contabilizó un total de 447.502 bajas definitivas del número de pensiones (el 60% de ellas, de jubilación), que cobraban una media de 1.041 euros mensuales. En los dos primeros meses de este año, se han dado de baja cerca de 97.000 pensiones. Las altas iniciales ascendieron en 2023 a 582.216, con un coste medio de 1.204 euros al mes, y en los dos primeros meses lo han hecho algo más de 108.000. De continuar estas cifras, en el presente ejercicio se podría alcanzar la cifra de 600.000 pensiones nuevas entre jubilación, viudedad, incapacidad, orfandad y favor de familiares.
La nómina de las pensiones de personas mayores de 75 años supusieron en febrero de este año el 41,17% del desembolso mensual que tuvo que realizar la Seguridad Social: 5.234 millones, de un total de 12.700. En febrero del pasado año, representaron el 40,2% y en el mismo mes del año 2022, el 39,4%.
Birmania
Si aumenta la esperanza de vida, hay que alargar la vida laboral y es una indecencia que la edad media de jubilación sean los 62 años. A nadie se le debería pagar una pensión antes de los 67 años.