Meliá mantiene intacta la dimensión de su cartera de hoteles respecto a antes de la crisis sanitaria, con un total de 326 establecimientos, según consta en sus resultados de los nueve primeros meses del año. De estos, 43 son en propiedad, 108 en alquiler, 128 en régimen de gestión y 47 en franquicia.
En lo que va de año, el grupo hotelero ha desafiliado tres hoteles (Tryp Valencia Almussafes Spain, Meliá Villa Capri Italy y Meliá Budva Pdetrovac), pero ha abierto otros tres nuevos (Me Dubai, Meliá Sunny Beach Bulgaria y Gran Meliá Chengdú), dejando su portfolio igual que estaba a cierre de 2019.
Además, fuentes del sector aseguran a Vozpópuli que la cadena de la familia Escarrer cuenta con varios proyectos en cartera que aún no se han podido firmar ni comunicar por la circunstancia excepcional del coronavirus. "Hay muchos proyectos en preparación y conversaciones que previsiblemente se cerrarán ya el próximo año", aseguran dichas fuentes. Al preguntar sobre este asunto, la compañía ha declinado hacer comentarios.
El consejero delegado de la compañía, Gabriel Escarrer, aseguró en la presentación de resultados esta semana que "en el largo plazo, el grupo ha lanzado un proceso de reflexión y revisión de su estrategia, que le situarán en una posición inmejorable para aprovechar las oportunidades de crecimiento que aflorarán al hilo de la previsible consolidación del sector después de la pandemia".
Medio centenar de proyectos confirmados
Desde Meliá sí han aclarado que en el 'pipeline' de proyectos confirmados se ha reducido de 62 a 51 hoteles porque tres de ellos ya se han incorporado al portfolio de la compañía y los otros ocho se mantienen en 'stand by' por diversas circunstancias no necesariamente vinculadas a la crisis sanitaria. Es decir, que continúan firmados pero se han parado temporalmente.
La compañía se muestra cauta a la hora de ofrecer previsiones en un contexto de extrema incertidumbre por las potenciales restricciones que surjan, "como es el caso actual de la mayoría de países en Europa". En el caso de España reconoce que "en los destinos vacacionales, la dependencia del cliente internacional unido a la demanda actual cortoplacista" les hace "ser cautos en el calendario de aperturas y cierre de hoteles".
Con todo la compañía continúa manteniendo como una de sus prioridades tener una posición sólida de liquidez. A cierre de septiembre, la tesorería y las líneas de crédito no dispuestas sumaban 442,5 millones. Durante el tercer trimestre, el consumo de caja mensual se ha situado en torno a los 34 millones de euros y la deuda neta se ha incrementado en 102,3 millones, alcanzando a cierre de septiembre los 2.425,7 millones de euros.
