El Ibex merodea por la zona de máximos, mientras la deuda ha recortado su rendimiento hasta la zona más baja desde 2010. Los mercados han ignorado los embates causados por las crisis española ('caso Bárcenas') e italiana (inestabilidad política), superando en pocos días las caídas puntuales. Lo que hace 12 meses podría haber degenerado en una crisis de deuda se ha solventado con índices bursátiles al alza, que tienen a tiro de piedra los máximos anuales y bajadas fuertes de las rentabilidades, con el consiguiente estrechamiento de diferenciales.
Los mercados están ignorando por completo los políticos. Parecen fijarse especialmente en las empresas y sus ajustes, que deberían permitirles volver a la senda de los beneficios sostenibles en 2014 y en la férrea defensa del euro que está realizando el Banco Central Europeo (BCE). Así lo reconocía BBVA esta semana. Las principales firmas de análisis recomiendan tomar posiciones ya mismo en renta variable y si es en España, mejor.
Ni los casos de corrupción siembran inquietud en el exterior en España, porque Rajoy cuenta con una mayoría absoluta suficiente ni la inestabilidad italiana genera la incertidumbre sobre la continuidad de la eurozona. Así de confiados se muestran ahora los inversores.
EE UU, imparable
Ayuda a esto, por supuesto, el buen tono de Estados Unidos, basado también en los resultados empresariales e incluso en un dato de empleo que este viernes salió sorprendentemente bueno. Tanto el Dow Jones como el S&P 500 merodean por la zona de máximos históricos y parecen decididos a intentar nuevas cotas la próxima semana.
Así, las subastas de deuda se han solventado sin el menor problema y el Tesoro mantiene su exceso de financiación, sin necesidad de recurrir a su posición de caja.
El primer trimestre del año enfila su recta final con optimismo. Los inversores tienen la mirada ya en un 2014 que debe confirmar que se retorna a la senda del crecimiento, aunque conviene no olvidar la advertencia de Draghi: las reformas deben continuar.