Merrill Lynch acaba de presentar sus perspectivas económicas y de mercados para 2013. El banco estadounidense reconoce que Europa ha dejado de ser su principal preocupación. No espera un gran incendio en la región el próximo ejercicio y aunque sí prevé episodios de inestabilidad por la interminable crisis de la deuda, cree que lo peor ha pasado ya. En su opinión el riesgo de ruptura del euro se aleja y confía en el BCE como elemento estabilizador de la economía en el segundo trimestre del año una vez que España solicite el rescate.
“Con el respaldo del BCE a España, la economía europea debería estabilizarse en la segunda mitad de 2013”, explica el banco.
El futuro de España, por tanto, se perfila clave en el devenir de la región, pero curiosamente, el banco fía para largo la petición del rescate. Cree que el Gobierno seguirá siendo reacio por miedo a las condiciones que le impongan sus socios comunitarios pero asegura que la presión del mercado llegará y obligará al Gobierno de Rajoy a mover ficha. Estima que la solicitud puede llegar antes de abril.
Si las previsiones de Merrill Lynch se cumplen, la incertidumbre desatada en septiembre por el BCE cuando anunció un programa de compras de deuda soberana supeditado a la petición de ayuda del país interesado, se prolongará hasta bien entrado 2013. Merrill Lynch cree que la petición de ayuda llegará cuando el Tesoro encuentre problemas para colocar la deuda y señala tres motivos que le llevan a pensar que la demanda de deuda española se terminará secando. Señala, en concreto, las crecientes necesidades de financiación del Estado, el menor margen de maniobra de la banca como comprador de deuda y la reticencia de los inversores extranjeros a adquirir letras y bonos del Estado si las compras de deuda del BCE no terminan de activarse.
“En este escenario España notará una caída de demanda en las subastas que provocará una subida de la prima de riesgo. Las agencias de rating se preocuparán por la subida de la rentabilidad de la deuda y el miedo del mercado a una rebaja de rating debilitará aún más la demanda. Nos sorprendería que España no solicite ayuda antes de abril”, añade el banco.
Merrill Lynch cree que a partir de la solicitud de ayuda el escenario económico en Europa daría un vuelco. En su opinión, ello activaría las compras de deuda del BCE, una actuación que restablecería la confianza en la zona euro y ayudaría a mitigar los efectos nocivos de los ajustes fiscales y del desapalancamiento del sector bancario. En definitiva ayudaría a eliminar tensiones en el mercado y a facilitar las condiciones de financiación tanto para las empresas como para los bancos españoles. “Y entretranto, la recuperación económica global debería favorecer las exportaciones en la zona euro”, añade.
El banco espera, por tanto, que la economía europea se estabilice en el segundo trimestre una vez que el programa de compras del BCE se active y regrese la confianza poco a poco. Eso sí, reconoce que el crecimiento económico será negativo en 2013 para la región, del -0,4%, pero espera que en la segunda mitad los números se vuelvan positivos.
El banco espera que la recuperación de las exportaciones y la estabilización de la demanda interna ayuden a la estabilización de la economía pero también reconoce que hay riesgos que pueden forzar al BCE a adoptar nuevas medidas no convencionales. En concreto reconoce que el riesgo de que Grecia salga del euro persistirá si las reformas siguen minando las perspectivas económicas del país. Señala también el peligro que puede suponer que España solicite el rescate en medio de una tormenta en los mercados que contagie a Italia. Incluso Francia puede ser un elemento desestabilizador si no avanza en las reformas.
Al final los riesgos no faltarán en 2013 aunque para Merrill Lynch la principal preocupación es EE UU y el impacto que pueda tener en la economía el temido precipicio fiscal, una serie de aumentos de impuestos y recortes de gastos que entran en vigor en enero. Un paquete de medidas que negocian los dos principales partidos del país para mitigar su impacto económico. Merrill Lynch teme que la incertidumbre y la austeridad que se avecina en EE UU provoquen un tímido crecimiento del 1% este trimestre y el próximo y estiman un 1,5% para todo 2013.
Pese a todo, el banco espera que el crecimiento económico global retome intensidad en la segunda mitad del año, prevé un crecimiento del 3,2%, gracias a China y EE UU, un pronóstico que le lleva a augurar un nivel de 1.600 puntos para el S&P 500 el próximo año, un máximo histórico.