La crisis griega ha marcado el ritmo de los mercados de capitales durante el primer semestre de 2015. Si el programa de compra de deuda del Banco Central Europea provocó una euforia bursátil y una insostenible reducción de la rentabilidad de los bonos soberanos, llegando los de algunos países en determinados plazos a introducirse en terreno negativo, desde finales de abril la incertidumbre que atenaza a los inversores por ver resuelto de manera clara el tema de Grecia ha provocado fuertes correcciones en las bolsas y una reducción de las emisiones de títulos de renta fija, tanto de deuda pública como corporativa. El volumen de deuda pública emitida de enero a junio por los países de la zona del euro asciende a 537.000 millones de euros, un 58,4% del total programado, por debajo del 62,5% del mismo período del año pasado.
“No va a haber un mercado normalizado hasta que se vea una solución clara con Grecia. Se necesita comprobar que la situación se desatasca completamente”, asegura Javier Guzmán, director de Mercados de Capitales de Deuda de Société Générale Corporate & Investment Banking.
España ya ha cubierto el 62% de sus necesidades de financiación durante el primer semestre con 87.900 millones de euros emitidos en bonos
Con la llegada del verano, época en que tradicionalmente se paralizan las operaciones, y el tema de Grecia todavía coleando hasta que se visualice el acuerdo entre el gobierno de Tsipras y sus acreedores, son pocas las probabilidades de que los emisores escapen a las dificultades de los mercados. Pero esta tendencia se puede revertir en cualquier momento, advierte Guzmán, y los mercados de capitales se reabrirían inmediatamente para buscar un punto de equilibrio.
En España, que ya ha cubierto el 62% de sus necesidades de financiación durante el primer semestre con 87.900 millones de euros emitidos en bonos, no hay riesgo de que las próximas elecciones generales ralenticen el apetito de los inversores, a juicio de los responsables de Société Générale CIB. El asunto de Grecia influye más en su ánimo.
En el mercado se ha notado que sigue interesando la 'historia' de la recuperación de España, como demuestra la demanda de los bonos corporativos de las compañías españolas, que hasta junio habían alcanzado un volumen de 8.200 millones de euros mediante 15 operaciones sindicadas, según los datos del banco de inversión francés. Un hecho que se demuestra porque ACS, que acudía al mercado de capitales por primera vez, logró 500 millones de euros a mediados de marzo sin calificación crediticia.
Una de las explicaciones de la reducción del número de emisiones, no obstante, es el gran colchón de liquidez que han acumulado las empresas durante los últimos años por la reestructuración sufrida y la falta de operaciones fusiones y adquisiciones durante el primer semestre del año. “Las compañías se encuentran muy saneadas, con balances muy sólidos y muy gestionadas financieramente. Y en estas condiciones no tienen motivo para acudir a los mercados de capitales”, señala Fernando García, director de Mercados de Capitales de Deuda para Empresas e Instituciones Financieras de Société Générale CIB.
Que se normalice la situación en Grecia no significa que se vuelvan a repetir las excelentes condiciones de financiación del primer trimestre, señalan en la entidad francesa, puesto que será difícil que la rentabilidad del bono a diez años, la referencia para las emisiones corporativas, regrese a los niveles de principios de año, si la economía europea mantiene su recuperación y repunta la inflación.