ACS culminó ayer una serie de días frenéticos en los que estuvo a punto de ver como parte de su participación en Iberdrola se esfumaba, ejecutada por bancos acreedores. Tan sólo seis meses después de su entrada en vigor, uno de los préstamos que sostienen la inversión del grupo constructor en Iberdrola entró en situación de amortización anticipada y el sindicato de bancos, liderados por BBVA, estaba dispuesto a quedarse con las garantías. Finalmente, Société Générale acudió, de nuevo, al rescate con una operación con la que el grupo constructor refinanció deuda por valor de 1.600 millones de euros.