La Reserva Federal norteamericana ha preferido mantener los tipos de interés en su mínimo histórico para no introducir más volatilidad en unos mercados que le reclamaban esperar más tiempo antes de comenzar el proceso de normalización de la política monetaria.
Todos los miembros del Comité, excepto Jeffrey Lacker, se han mostrado de acuerdo en la medida, que en cierta forma era esperada por la gran mayoría de los inversores. La excusa ha sido que esperan mejoras en los datos de inflación, que se ve presionada por el bajo precio del petróleo, y en los datos de empleo.
En el comunicado se menciona que van a monitorizar los acontecimientos internacionales, sin mencionarlos expresamente pero que todo el mun que no son otros que China y los mercados emergentes. En la rueda de prensa posterior, Janet Yellen, la presidenta del organismo supervisor, ha explicado que la volatilidad de los mercados internacionales no solo incluyen al gigante asiático sino también a Canadá, el más importante socio comercial de Estados Unidos, que se encuentra técnicamente en recesión por la influencia del bajo precio del crudo.
La decisión se pospone de esta manera al próximo mes de octubre, donde Yellen no ha descartado que se ponga encima de la mesa de nuevo la subida que, ha reiterado, se haría de manera gradual.