El Ministerio de Fomento ha vuelto a emplear la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (Seittsa) para obras relacionadas con la red ferroviaria, que teóricamente corresponden a Adif, con lo que contraviene la recomendación que el Tribunal de Cuentas incluyó en el informe que publicó recientemente sobre la primera, en el que incluso apuntaba a tomar la decisión de liquidarla. Además, los contratos formalizados por Seittsa han sido adjudicados con bajas que superan el 40%, lo que contradice la intención del Ministerio de comenzar a penalizar las bajas temerarias.
En su informe sobre Seittsa, el Tribunal de Cuentas consideró que los costes de su mantenimiento no justificaban la escasa relevancia con la que contaba y el cometido para el que fue creado, en el que uno de los elementos básicos era la búsqueda de financiación privada para el desarrollo de las infraestructuras públicas.
Al no cumplir con esta meta, el Tribunal de Cuentas consideraba que las actividades que llevaban a cabo Seittsa y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) eran prácticamente las mismas por lo que deberían concentrarse en una sola compañía. La otra alternativa propuesta era dotar de mayores recursos y contenido a Seittsa.
Pero, por el momento, el ministerio que ahora dirige en funciones Rafael Catalá no parece tener demasiado en cuenta estas recomendaciones. Entre los últimos contratos formalizados por Seittsa se encuentran dos relacionados con la red ferroviaria que, en teoría, deberían haber sido licitados por la propia Adif.
Bajas superiores al 40%
En concreto, se trata del proyecto para la variante de la línea convencional Zamora-La Coruña, para que cruce el trazado de alta velocidad Madrid-Galicia a distinto nivel, y diversos trabajos de actuaciones pendientes en algunos tramos de esta línea de AVE.
Pero además, se da la circunstancia de que ambos contratos han sido adjudicados por parte de Seittsa con elevadas bajas en relación al precio de licitación, algo que va en contra de la intención del Ministerio de limitar esta práctica debido a que fomenta posteriormente la generación de modificados y sobrecostes. Un asunto que mantiene actualmente enfrentado a Adif con los grupos constructores.
A pesar de este hecho, el primero de los contratos mencionados ha sido adjudicado a las empresas Obras Públicas y Regadíos y Mantenimiento de Estaciones por 4,42 millones de euros, un 35% por debajo de la cantidad presupuestada. Aún mayor ha sido la baja del segundo contrato, otorgado a Ferrovial por 8,13 millones de euros, un descuento del 44% sobre el precio de la licitación.
Actualmente, la situación financiera de Adif es una las inquietudes del Ministerio de Fomento, toda vez que la compañía ha incrementado de forma significativa su deuda en los últimos años y, además, padece un serio problema de liquidez que lleva a que se generen tensiones con los contratistas con mucha frecuencia.
De ahí que el departamento dirigido por Catalá trate ahora de ser inflexible con los sobrecostes de las obras relacionadas con el desarrollo de la red de alta velocidad, algo a lo que las constructoras no están dispuestas, para lo que esgrimen el argumento de que Fomento autorizó en su día los modificados.