De auténtico motor de la licitación pública a inversión residual. El desarrollo de la red de alta velocidad en España ha sufrido un frenazo dramático en el último año, hasta el punto de que en la actualidad está prácticamente parada. En los cuatro primeros meses de 2016, la licitación de obras relacionadas con la red de AVE no ha llegado a los 100 millones de euros. Como telón de fondo, aparte de la especial situación del Gobierno, en funciones, aparece una delicada situación económica del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), con una galopante deuda, además de conflictos con las empresas constructoras, a las que se niega a pagar una serie de sobrecostes, en principio admitidos por el Ministerio de Fomento.
Sin embargo, esta situación va más allá del periodo en el que el Gobierno ha ejercido en funciones. En los últimos doce meses, la licitación para proyectos de la red de alta velocidad apenas alcanza los 700 millones de euros, una media de apenas 60 millones de euros al mes. De esta forma, Fomento tardaría aún 15 años sólo en licitar todas las obras necesarias para finalizar el desarrollo de las líneas de alta velocidad que ya están programadas, que suman una inversión superior a los 9.000 millones.
En los doce últimos meses, la licitación para el AVE se ha desplomado casi un 62%
No han quedado tan atrás los ejercicios en los que sólo la red de alta velocidad sumaba licitaciones por un valor superior a los 2.500 millones de euros. Por entonces, el desarrollo del AVE era la gran esperanza para las empresas constructoras con vistas a lograr contratos en España. El tren de alta velocidad parecía inmune al desplome de la licitación pública que llegó como consecuencia de la crisis.
Sin embargo, la situación se ha dado la vuelta por completo, especialmente en el último año y medio, en el que el frenazo ha sido más que evidente. En los doce últimos meses, la licitación para el AVE se ha desplomado casi un 62%. Un porcentaje que se eleva al 81,2% si se comparan las cifras de los cuatro primeros meses de 2016 con el mismo periodo de 2015.
Época de dificultades
Es más, de enero a abril, las licitaciones para el AVE no han llegado a sumar 100 millones de euros, una cifra alcanzada en cuatro de los doce meses de 2015, que no fue, precisamente, un año récord en lo que ha concursos de trabajos para la red de alta velocidad se refiere.
El espectacular frenazo llega en una etapa de extrema dificultad para Adif, enfrentada a las grandes constructoras precisamente por el desarrollo de la red. Más concretamente con los modificados en líneas como las de Galicia y País Vasco, que la compañía dependiente del Ministerio de Fomento se niega a abonar pese a que, teóricamente, están reconocidos y aceptados. Esta circunstancia ha provocado que algunos de los tramos se hayan concluido con retrasos, lo que ha degenerado en incumplimientos de promesas por parte del Gobierno.
Adif también está muy pendiente del futuro de la operación Chamartín, el desarrollo urbanístico del norte de Madrid. El plan de la promotora Distrito Castellana Norte (participada mayoritariamente por BBVA) contemplaba la adquisición de los terrenos de Renfe y Adif en el desarrollo por algo más de 1.200 millones de euros, una cifra que aliviaría en gran medida la situación financiera de la empresa pública.
Sin embargo, la operación está en el aire porque el Ayuntamiento de Madrid tumbó definitivamente el plan. Los intentos del Ministerio de Fomento por reconducir la situación han sido, por el momento, en vano. Si finalmente no se consigue y DCN renuncia al desarrollo, Adif se quedará sin los ingresos esperados.
La situación complica el desarrollo de la red de AVE y también las relaciones de Fomento con las grandes constructoras. Una misión más que tendrá que abordar el nuevo Gobierno que salga de las urnas en las elecciones del próximo 26 de junio.