El mercado de trabajo muestra síntomas de recuperación. La creación de empleo y la reducción de paro mantienen una tendencia positiva a lo largo de los meses, para la tranquilidad de muchos ciudadanos. La afiliación a la Seguridad Social ha ascendido a un total de 18,4 millones de personas en junio, con lo que se acumulan ya 43 meses en positivo; el empleo ha crecido en 408.700 personas en los 12 últimos meses, y la contratación también va por el buen camino, con un acumulado de 10,5 millones de contratos en lo que va de año, un 11% más que en los seis primeros meses de 2016. Pero, ¿quiénes son los más beneficiados?
El Informe Trimestral del Mercado de Trabajo elaborado por Randstad, en base a datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), divide a los ocupados y a los parados según formación, edad o sector profesional. En lo que respecta a la formación, según el portal de empleo, algo más de la mitad de los ocupados (52%) cuentan con un nivel formativo universitario o de Formación Profesional. Curiosamente, a éstos les siguen aquellos que se quedaron en la primera (27,3%) o segunda (14,3%) etapa de la educación secundaria.
Por contra, la mayoría de los parados son aquellos que únicamente han realizado la primera etapa de la formación secundaria obligatoria (40,9%), y sólo el 32,5% de los desempleados tiene estudios universitarios o de FP. Esto genera una problemática con difícil solución: si los ocupados son, en la inmensa mayoría, profesionales con mayor formación; consecuentemente el mayor porcentaje de parados recaerá sobre las personas con menos estudios.
Desde la Secretaría Confederal de Empleo y Cualificación Profesional de CCOO, Lola Santillana critica este tipo de estudios de fuentes "poco fiables", pues las conclusiones traen consigo unos intereses propios. En este sentido, aclara que "existe un problema importante que se ha acentuado desde los últimos seis años, y es que no existe una oferta educativa suficiente para el número de personas que terminan la ESO. No hay plazas de formación profesional". "Las zonas rurales son el ejemplo más claro. Allí se tienen que acomodar a la oferta formativa que exista en la zona y no hay todas las especialidades, lo que genera mucha frustración", añade.
También destaca otros casos, como las personas que abandonaron las aulas antes de completar la educación secundaria obligatoria para trabajar y ahora quieren hacerlo. "Las plazas en estos casos también eran limitadas, y eso es una falta de inversión en educación por parte del Gobierno", dice. En este sentido, Mª Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT, propone fomentar la formación para el empleo. "Hay tasas de inactividad altísimas entre jóvenes y de mayores de 50 años con baja cualificación; y eso se remedia con políticas activas, hay que actuar", señala. Así, propone elaborar itinerarios personalizados y establecer derechos individualizados de los desempleados en los servicios públicos de empleo, que les expliquen por qué no encuentran empleo y cómo solucionarlo.
En cuanto a la segunda variable, el grupo de edad, y según la EPA, la mayor parte de los ocupados tienen entre 35 y 54 años; y, además, son los que más estables se mantienen a lo largo de los años. En el primer trimestre de este año, 10,6 millones de ocupados se situarían en ese rango, seguidos de aquellos que tienen entre 25 y 34 años, que suman 3,7 millones. En el otro extremo, las caídas más intensas del desempleo se localizan especialmente en este último tramo, de 25 a 34 años, con una disminución de 196.700 parados y una reducción porcentual del 16,8%. En segundo lugar, destaca la disminución del paro entre los desempleados de 35 a 44 años, ya que han visto descender en 138.600 su número de parados (-11,2%).
Santillana apunta que es importante ver qué tipo de contratación se está efectuando, pues "mientras los contratos en prácticas y de formación han sufrido un descenso importante en los últimos años por la reforma laboral de 2012, que los hace menos atractivos para empresas y trabajadores; han aumentado las becas no remuneradas, con una repercusión en las estadísticas al no figurar como parados, y los contratos temporales y parciales". Finalmente, añade la huida de los jóvenes a otros países a buscar nuevas oportunidades. "Se están poniendo en marcha programas de retorno porque se nos está yendo nuestro capital humano, que está formado pero aquí no encuentra ningún horizonte de futuro", señala.
Por ramas de actividad, las que más ocupados concentran son comercio (2,97 millones) e industria manufacturera (2,32 millones), seguidas del sector sanitario, la hostelería y la educación. En el otro extremo, las profesiones que menos trabajo dan son las industrias extractivas (35.700), el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (87.200), las actividades inmobiliarias (125.500), y los suministros de agua y la gestión de residuos (126.700).
Según la EPA, los ocupados en el primer trimestre de 2017 ascienden a 18,4 millones, 409.000 más que en el mismo periodo de 2016. Sin embargo, si se compara con los últimos tres meses del año anterior, hay 69.800 ocupados menos (-0,38%). Lo mismo ha ocurrido con la cifra total de parados, con 4,26 millones de personas registradas en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo (SEPE) en los primeros meses del año, unos resultados muy positivos si se comparan en términos interanuales (4,79 millones), pero no tanto si se tiene en cuenta el trimestre inmediatamente anterior (4,24 millones), cuando había registrados 20.000 parados menos.
Lola Santillana lo califica de "trampa" al considerar que "no hay una creación de empleo real" y que el trabajo que se está generando es a tiempo parcial y con mayor precariedad laboral. "Donde antes había 10 contratos a tiempo indefinido, ahora hay 30 contratos a tiempo parcial; y se vende que ha habido una creación de empleo", sentencia. Mª Carmen Barrera, desde UGT, se suma a esta idea, asegurando que "aumenta y sigue la tendencia de precariedad en el mercado laboral español" y añade que cada año se sustituyen 650.000 empleos estables y con derechos por empleos, precarios y temporales".
La tasa de paro, actualmente en el 18,75%, se aproxima poco a poco a la previsión del Gobierno del 11,2% para 2020 (16 puntos por debajo del máximo alcanzado durante la crisis), pero no es extraño que el desempleo siga siendo la principal preocupación de los españoles, como demuestra el último barómetro del CIS. Muchas de las afiliaciones y los contratos corresponden a trabajos muy temporales de días o, incluso, horas. Por eso es comprensible que la ocupación neta de trabajadores por cuenta propia y asalariados no aumente al mismo ritmo que los afiliados, y que los parados desciendan a un ritmo más lento que la contratación.