Sabadell abrió la ronda de fusiones transnacionales con la compra del británico TSB. Una operación que recientemente ha encontrado todas las aprobaciones regulatorias. Los acercamientos comienzan a producirse, menos de un año después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya tomado la supervisión de los 128 mayores bancos de la eurozona. Monte dei Paschi di Siena (MPS), una de las entidades italianas con mayores problema de solvencia, está explorando el mercado español en busca de un comprador. Sabadell y BBVA son dos de los bancos españoles que han recibido el incipiente cuaderno de venta de la entidad italiana, según confirman fuentes del sector a Vozpópuli. Ambas entidades no han querido hacer comentarios.
El interés de los bancos españoles por la entidad más antigua del mundo es exiguo, explican en fuentes financieras. A finales del pasado año, una vez que MPS quedó señalado en los test de estrés del BCE, con un déficit de capital de 4.250 millones, el banco italiano contrató a UBS y a Citigroup para que analizaran el mercado y encontraran un comprador u otra entidad dispuesta a fusionarse con Monte dei Paschi. Estos movimientos se han intensificado en las últimas semanas.
"Estructuralmente, sí tiene sentido las fusiones entre la banca italiana y española. Además, los bancos italianos tienen una buena gestión fuera de balance. Sus ingresos dependen menos del margen de intereses y es un mercado en el que el cliente está acostumbrado a pagar más comisiones que en España", explican desde el sector. Sin embargo, estas fuentes señalan dos grandes problemas para llevar a cabo estos movimientos. Por una parte, esta integración no generaría la eficiencia ya que no habría sinergias por reestructuración de oficinas y personal. De otro lado, se encuentran las diferentes culturas entre Italia y España en cuestión de 'management'. "En última instancia, existe la gran incógnita de cómo encajaría a nivel político una fusión entre bancos de dos países", insisten en fuentes financieras.
Monte dei Paschi está abocado a un movimiento fuera de Italia una vez que ninguna entidad transalpina parece dispuesta a la integración
Lo cierto es que Monte dei Paschi está abocado a un movimiento fuera de Italia una vez que ninguna entidad transalpina parece dispuesta a la integración. Los terribles resultados obtenidos en 2014 —perdió 5.343 millones de euros frente a los 1.434 de 2013— se unen a sus problemas de solvencia que le han obligado a cerrar, en mayo pasado, su segunda multimillonaria ampliación de capital en menos de un año. La reciente ampliación por 3.000 millones superará su valor en bolsa, actualmente de unos 2.400 millones de euros. La oferta, que contempla la venta de 2.560 millones de acciones, llega tras un aumento de capital por 5.000 millones de euros en junio del pasado año, y ha estado garantizada por un grupo de bancos de inversión que se comprometió a comprar cualquier acción que no se colocara.
Sin embargo, desde el Banco Central Europeo se exigen otras soluciones a MPS. De hecho, Mario Draghi señaló que esta ampliación de capital "no será suficiente" para que la entidad italiana "afronte sus problemas estructurales". El antiguo gobernador del Banco de Italia asegura que el banco "debe encontrar una solución permanente a sus problemas estructurales, es decir, el deteriorado endeudamiento, la débil situación del capital y la evolución decepcionante de sus cuentas". No en vano, el supervisor europeo exigió, el pasado enero, una ratio mínima de capital de máxima calidad (CET1) del 14,3%, muy por encima del 9% que viene exigiendo a los bancos españoles.
El comprador del Monte dei Paschi tendrá que lidiar también con el Estado Italiano. En su capital se encuentra el Tesoro Italiano, con un 10% de las acciones del banco, fruto de los préstamos de dinero público recibidos durante el Gobierno de Mario Monti (los llamados Mont-bond, que preveían el pago de los intereses en acciones con valor de mercado). En los últimos días, los responsables de MPS han cerrado la venta del 2% de la entidad al Banco Popular de China.