Este miércoles es el día de la liberación fiscal, el día a partir del cual un contribuyente ha pagado todos los tributos del año tras dedicar un total de 177 jornadas a cumplir con sus obligaciones fiscales. Así se desprenden del tradicional informe del think tank Civismo, que además, este año, compara lo que los ciudadanos contribuyen al Estado y lo que reciben a cambio en forma de servicios públicos. Y llega a esta conclusión: el 80% de los contribuyentes paga más impuestos de lo que recibe hasta que se jubila, momento en el que cambian las tornas.
Para hacer este cálculo pone en relación la distribución del gasto público por partidas presupuestarias y el pago de impuestos por tramos de edad. Según Civismo, el gasto en protección social, que incluye pensiones, prestaciones por desempleo y otras ayudas, asciende al 16,8% del PIB en España. El coste de mantenimiento de la Administración pública supone un 6,1% del PIB; la sanidad, el 6%; la educación, el 4%; las inversiones, el 3,9%; la seguridad, el 1,9%; las subvenciones y cultura, el 1,1%; la defensa, el 1%; el medio ambiente, el 0,8%; y las infraestructuras de vivienda, el 0,5%.
¿Se benefician mucho los ciudadanos de estos servicios públicos? Según el informe de la organización liberal el consumo de estos servicios se incrementa exponencialmente con la llegada de la jubilación. De hecho, el valor económico de lo percibido por el contribuyente se triplica al pasar de los 6.934,42 euros nominales en la cohorte de 16 a 29 años a los 22.388,80 euros a partir de los 65 años. Tiene sentido, puesto que la principal prestación en España en términos económicos es la pensión pública.
De hecho, este mismo lunes conocimos los últimos datos de pensiones, que evidencian el gasto que suponen los jubilados para las arcas públicas: La partida mensual superó los 9.000 millones en junio por primera vez en la historia. Hace solo 10 años esta partida rondaba los 6.000 millones, lo que demuestra el fuerte aumento de la tensión que está soportando el sistema de Seguridad Social. Y es que cada vez hay más pensionistas y las prestaciones españolas son bastante generosas. De ahí que Civismo estime que al llegar a la jubilación, la situación se da la vuelta y los ciudadanos empiezan a percibir mucho más del Estado de lo que aportan.
Los contribuyentes pagan más impuestos cuando tienen entre 45 y 64 años, pero la factura baja mucho en la jubilación
Si miramos a los impuestos, en el desglose que hace el think tank vemos que los ciudadanos hacen sus mayores aportaciones en la madurez de la edad laboral, es decir, cuando tienen entre 45 y 64 años y pagan, de media, unos 15.662,24 euros al año. Las cohortes más jóvenes, en cambio, pagan de media unos 10.449,75 euros al año y los ciudadanos que superan los 65 años, casi todos pensionistas, pagan unos 4.620,31 euros al año.
Al cruzar ambas variables es cuando se observa que casi el 80% de los contribuyentes paga más impuestos que lo que recibe hasta que llega a la jubilación. Por ejemplo, los trabajadores aportan entre 3.515,33 y 7.775,23 euros al año más de lo que perciben en servicios públicos durante los 35 años de carrera de cotización, pero luego se benefician del gasto público en forma de pensiones, sanidad y dependencia por un importe de 17.768,49 al año. Y este beneficio suele durar, de media, dos décadas, dado el progresivo aumento de la esperanza de vida.
Lo cierto es que esto supone una redistribución de los ingresos a lo largo del tiempo, pero también es cierto que esta redistribución no es segura y que está sujeta a incertidumbres como subidas de tipos o de las bases de cotización, e incluso a modificaciones de los derechos consolidados de pensiones. Por eso Civismo cree que la rentabilidad de pagar impuestos en España va a depender del valor neto de las pensiones y de la evolución de las cotizaciones abonadas durante la vida laboral.
Pensiones
Esto es importante ahora que está sobre la mesa una futura reforma del sistema de pensiones que, previsiblemente, destopará las cotizaciones para mejorar los ingresos del sistema. Esta medida, que las organizaciones empresariales rechazan de plano, aumentará la factura fiscal de los trabajadores, sin mejorar lo que percibirán del Estado una vez que se jubilen, a no ser que se destope también la pensión máxima, como piden todos los partidos menos Podemos.
De hecho, el peso de las cotizaciones es muy importante en la factura fiscal de cada contribuyente. Según Civismo, la suma de IRPF y cotizaciones arroja una cuña fiscal del 35,89% para los trabajadores de entre 16 y 29 años. Es decir, que este tipo de empleados se queda solo con 64,11 euros de cada 100 euros que su sueldo. Para los trabajadores de entre 30 y 44 años, la retribución neta se queda en 62,50, porque la cuña fiscal sube al 37,50% y para los que tienen entre 45 y 64 años la cantidad se queda en 61,66 euros, lo que supone la cuña fiscal del 38,34%. En cambio, los mayores de 65 años perciben 88 de forma efectiva porque ellos dejan de pagar cotizaciones.
De una forma y de otra este miércoles es el día de la liberación fiscal, lo que significa que los contribuyentes habrán trabajado, de media, un total de 177 jornadas para cumplir con sus obligaciones tributarias. Para hacernos una idea del peso de los impuestos, Civismo explica que las cotizaciones sociales suponen, de media, 102 jornadas de salario; a las que hay que añadir otras 35 por IRPF, 25 días por IVA, 11 por Impuestos Especiales y 5 más por otros tributos estatales, autonómicos y municipales como el IBI, Patrimonio, Sucesiones o Matriculación. Esto deja disponibles 187 días de sueldo libres para el contribuyente.