"Si quieres ganar la subasta tendrás que ir fuerte en la primera ronda. Si no, la entidad caerá en manos de La Caixa". La conversación entre Alberto Núñez Feijóo y Juan Carlos Escotet, presidente del grupo financiero venezolano Banesco, ha terminado por resolver con sorpresa la adjudicación de Novagalicia. El presidente de la Xunta transmitió este mensaje al financiero venezolano en los últimos días, según confirman fuentes políticas, una vez que había logrado el apoyo de Moncloa para dejar en suspenso el cambio de cromos con Isidro Fainé, presidente de Caixabank, en esta primera fase.
Feijóo, que ha estado moviendo todos sus hilos a nivel interno en Moncloa para evitar la adjudicación de Novagalicia para La Caixa, como informó este martes Vozpópuli, era consciente de que sólo había una bala en la récama de sus intenciones de mantener la galleguidad de la entidad presidida por José María Castellano. Así se lo hizo saber el presidente de la Xunta a Escotet de cara a la estrategia a seguir en la oferta que envió Banesco el pasado lunes al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). "En las negociaciones de una posible segunda vuelta hubiera sido complicado impedir la venta a Caixabank", admiten fuentes del PP gallego.
El mensaje de Feijóo se transformó en una agresiva oferta. Los venezolanos pagarán 1.003 millones por la compra del 88,3% de Novagalicia para evitar demandas con los accionistas minoritarios, como informó este medio la pasada semana, cifra que tiene en cuenta la venta de las dos carteras de fallidos que se incluían en el proceso. "Las condiciones del contrato de compra-venta no incluyen la concesión de un equema de protección de activos ni garantía adicional a los compromisos iniciales ofrecidos por el FROB respecto a determinados riesgos a los que podría hacer frente NCG Banco en el futuro", explica la nota del FROB. Sin embargo, sí se beneficiarán de algo más de 2.300 millones en créditos fiscales.
De esta manera, el fondo de rescate se ahorra el entorno de 850 millones por el pago futuro de estas contingencias. Pese a que es la primera vez que el FROB logra más allá de un euro por la venta de una entidad nacionalizada, no ha logrado su objetivo de subastar Novagalicia por 1.500 millones, cifra anunciada por su director general Antonio Carrascosa en octubre pasado. Con los 1.003 millones que pagará Banesco, y que por tanto recuperá el Estado, el volumen de ayudas públicas recibidas por las dos antiguas cajas gallegas superan los 8.000 millones, que aún deben ser pagadas por los contribuyentes.
Feijóo logró que Moncloa dejara en suspenso el cambio de cromos con Isidro Fainé en esta primera ronda. El presidente gallego informó a Escotet que sólo tendría una oportunidad para adquirir NCG y que tendría que pujar fuerte, como así ha sido
Banesco ganó la subasta por delante de las ofertas de Guggenheim, segunda mejor puja, y Caixabank, que pese a su enorme interés por Novagalicia y los constantes movimientos políticos de Fainé, tanto en Galicia como en Madrid, presentó la tercera oferta. Mientras, Santander y BBVA presentaron, como estaba previsto, muy a la baja, al igual que la oferta conjunta de los fondos JC Flowers y Oaktree.
Los movimientos políticos de Feijóo, tanto en el interior del PP como en Moncloa, se intensificaron desde que el FROB puso una fecha definitiva para la venta. El presidente de la Xunta es consciente de que buena parte de su futuro electoral en Galicia se condicionaba a lograr una de sus mayores promesas electorales: mantener a Novagalicia como una entidad puramente gallega. Por eso, cuando a media mañana de este miércoles, Feijóo conoció que Banesco había ganado la subasta de Novagalicia, el presidente de la Xunta se mostraba contundente en su comparecencia parlamentaria: "Del mismo modo que trabajamos para mantener una entidad gallega y, de momento, lo conseguimos, quiero decirle que estoy bastante tranquilo de que lo consigamos definitivamente”, contestó Feijóo al diputado socialista José Luis Méndez Romeu. Curiosamente, el presidente gallegó conocía el resultado de la subasta, que se filtraba a la prensa gallega, horas antes de que la Comisión Rectora del FROB se reuniera para decidir que la oferta de Banesco se convertía en ganadora.
La venta a Banesco supone el cierre de la gran cruzada que siempre ha mantenido Feijóo para evitar que una de sus cajas acabara unida a otra entidad de fuera de Galicia. Aún resuenan en las paredes de la casa gallega en Madrid la bronca que mantuvo Feijóo con Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cuando el anterior gobernador del Banco de España intentó la fusión de CaixaGalicia con CajaMadrid y promovió la venta de Caixanova a La Caixa. "Las dos cajas gallegas acabarán fusionadas. Lo quieras o no", le espetó Feijóo a MAFO.
Apoyado por Mariano Rajoy, como actualmente, Feijóo convirtió aquella amenaza en realidad. Ahora, años después, el presidente de la Xunta vuelve a salir victorioso ante las preferencias del Banco de España, el FROB y Economía, siempre partidarios de que las entidades subastadas queden en manos de bancos españoles. Por esta razón, cuando se comenzaron a cambiar las condiciones para dificultar que un fondo pudiera ganar la puja de Novagalicia, ante el fuerte lobby ejercido por la banca española ante el Banco de España y el FROB, Feijóo buscó un nuevo socio para mantener su objetivo. En Banesco, el presidente de la Xunta encontró al candidato que sorteaba las obligaciones impuestas a los fondos, al tener ficha bancaria en España, y al socio (Juan Carlos Escotet) con el que poder mantener influencia en Novagalicia.
Escotet es una de las personas sin duda que más tiempo ocupa en las oraciones de Alberto Núñez Feijóo. El banquero siempre ha dado cumplida información de todos sus movimientos al político. Cuando adquirió el Etcheverría. Al comprar parte de la red de Novagalicia. Ambas operaciones fueron el germen del fin que persiguen banquero y político, que ahora ya es realidad con la compra de Novagalicia.
El FROB fracasa en su intento de vender la entidad por 1.500 millones y la factura para los contribuyentes de las ayudas inyectadas a Novagalicia superan los 8.000 millones
Banesco es el primer banco privado de Venezuela, con unos activos de 40.622 millones de dólares, un patrimonio neto de 3.423 millones de dólares y 14.869 empleados. La matriz tiene dos bancos en EE UU, y filiales en Colombia, Puerto Rico, Panamá y República Dominicana. Los bancos de Panamá y Venezuela cotizan en Bolsa.
Recientemente adquirieron a Novagalicia su filial el Banco Etcheverría, que fusionaron con 66 oficinas de la antigua caja de ahorros. La sede del holding está en Madrid, por lo que cualquier posible problema en Venezuela no afectaría a Novagalicia. Está centrado en banca de cliente de tipo medio y de pymes.
Su entrada en Novagalicia parece asegurar, en el corto plazo, los sillones de José María Castellano y César González Bueno, los dos primeros ejecutivos de la entidad gallega. Su llegada también tendrá un efecto positivo sobre el empleo de las antiguas cajas, ya que se prevé que mantenga gran parte de la actual plantilla de Novagalicia. Desde la fusión de ambas cajas, la entidad ha cerrado cerca de 800 oficinas y ha reducido su plantilla en el entorno de los 4.000 trabajadores.