Economía

El FROB endurece la subasta de NCG: sin EPA, exige inyectar capital y abrir el crédito

El fondo de rescate pretende replicar el catálogo de obligaciones para el comprador que debe cumplir Apollo, nuevo dueño de EVO. El inicio formal de la subasta no se producirá hasta la próxima semana. Guggenheim, beneficiado con este nuevo pliego de condiciones.

  • José María Castellano (izda.) y César González Bueno, los dos máximos responsables de Novagalicia.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha previsto endurecer las condiciones exigidas al comprador de Novagalicia frente al catálogo de ayudas que se venían ofreciendo en anteriores subastas. Tanto Economía como el FROB, no sólo se oponen a la concesión de ayudas en forma de EPA, sino que exigirán a los interesados que cumplan una serie de condiciones para poder ser los adjudicatarios finales, según aseguran fuentes del sector.

Entre ellas destacan la obligación del nuevo comprador de fortalecer el capital de Novagalicia, comprometerse a abrir el crédito para las pymes y familias o preservar al máximo el empleo. Todos estos baremos resultaron fundamentales para que el FROB se decantara por la oferta de Apollo en la subasta de EVO. "La oferta de Apollo no fue la más alta en cuanto a precio (el fondo norteamericana compró la entidad por 60 millones) pero sí la más completa porque cumplía buena parte de todos estos baremos que exigió el FROB", explican desde el sector.

De hecho, Apollo tendrá que realizar una inyección de capital en EVO por valor de 180 millones de euros, además de incrementar sus bajos niveles de concesión de créditos a pymes y familias hasta los volúmenes exigidos por el FROB. El fondo oportunista norteamericano también se comprometió a preservar el empleo, eso sí, a costa de una importante rebaja salarial de un 7% de media, pero que en los tramos más altos supera el 20%.

"Economía y el FROB quieren que se pague por Novagalicia. No puede ser de otra manera después de haber vendido EVO por 60 millones", explican fuentes conocedoras del proceso. Una venta que está prevista que se inicie la próxima semana, de manera formal, con el reparto del cuaderno de venta de BNP Paribas.

Bajo estas nuevas premisas, Guggenheim Partners parece convertirse en el mejor colocado en la adjudicación de la entidad gallega. El fondo norteamericano está dispuesto a realizar una oferta superior a los 500 millones de euros por el 100% de Novagalicia, después de que al FROB no le convenciera su propuesta inicial de pujar únicamente por el 51% de la entidad gallega, además de comprometerse a permanecer 5 años en el accionariado de la entidad. Esa cifra de 500 millones corresponde al 50% de la valoración que ha realizado BNP Paribas de Novagalicia. Algunos analistas elevan esa valoración hasta los 1.200 millones.

Apollo se ha comprometido a realizar una inyección de capital por valor de 180 millones para fortalecer los recursos propios de EVO 

La adjudicación de Novagalicia a Guggenheim, además, significaría una recaudación inesperada de 2.500 millones para el ministerio que dirige Cristóbal Montoro. En caso de que el fondo norteamericano resultase ganador de la subasta, únicamente podría activar 2.000 de los 4.500 millones en créditos fiscales que corresponden a la entidad gallega. Eso se debe a que, con la proyección de beneficios de NCG en los próximos 18 años, sólo podría llegar a devolver esos 2.000 millones que ahora deja de aportar al impuesto de sociedades por pérdidas pasadas. Sin embargo, si BBVA, La Caixa o Santander fueran los nuevos dueños del banco que preside José María Castellano podrían activar ese beneficio fiscal hasta los 4.500 millones ya que su capacidad financiera a lo largo de los próximos 18 años así se lo permite.

La otra gran clave aparece en el ámbito laboral. La adjudicación a cualquier de las tres grandes entidades españolas significaría irremediablemente a una nueva ajuste de oficinas y plantilla en Galicia. Tanto BBVA, como La Caixa, las dos entidades más interesadas frente a un Santander bastante frío hasta el momento, cuentan con cerca de 1.000 oficinas en Galicia y un volumen importante de plantilla (1.100 trabajadores en el caso de BBVA y casi 800 por parte de Caixabank). Los sindicatos de la entidad gallega cifran entre 1.500 a 2.000 trabajadores el nuevo ajuste que supondría la entrada de cualquiera de los tres grandes en Novagalicia.

Frente a la oferta de Guggenheim, las entidades españolas solicitan todo un catálogo de protección, mediante un Esquema de Protección de Activos (EPA), para cubrirse de los activos tóxicos de Novagalicia (su mora se encuentra actualmente cercana al 18%), las futuras indemnizaciones judiciales por las preferentes, una vez que la entidad ha anunciado que reintegrará íntegramente la inversión de todos aquellos afectados con perfil ahorrador que resulten ganadores por la vía judicial, e incluso el propio ERE.

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