El precio del barril Brent ha caído desde los casi 125 dólares la unidad que tocó en marzo y abril hasta una zona crítica de 90 dólares. Un 27% y todo apunta a que el descenso seguirá aunque, como suele ser habitual, cuando el petróleo baja mucho, enseguida aparecen informes de casas de análisis diciendo que va a rebotar. Algunas fuentes expertas, sin embargo, insisten en que la cotización de esta materia prima descenderá más, hasta 70 dólares. Esto lo corrobora, además, la tendencia de los contratos de futuro. Eso sí, las gasolinas bajan a mucha menor velocidad.
Tras la drástica corrección reciente, el precio del petróleo está en mínimos desde finales de 2010. Los carburantes, que en abril se colocaron en máximos han rectrocedido. El litro de diésel llegó a rozar los 1,40 euros en abril y ahora está en el entorno de los 1,28. Una caída del 7%, muy inferior a la del crudo. Es cierto que en dicho periodo, el dólar se ha apreciado en una medida semejante, aunque también lo es que las petroleras cubren con bastante eficacia el riesgo divisa.
Todo apunta, sin embargo, a que la caída de los precios continuará. Un responsable de una firma de trading energético que solicitó no ser identificado apunta que “el descenso en los precios se debe a que ha desaparecido la prima de riesgo geopolítico que había debido al conflicto con Irán”, y, por otro, “los fundamentales de la oferta y la demanda son claramente bajistas”.
Así, señala a la fuerte crisis en la Eurozona, los malos resultados publicados en EE UU y China, y las malas expectativas de las economías mundiales en los próximos 12-18 meses como factores que presionan a la baja los precios.
Además, “la producción en Libia ha recuperado prácticamente los niveles previos a la revolución”, por lo que “no hay ahora ningún conflicto relevante en este momento, aunque esto es algo que puede cambiar rápidamente”. Por si fuera poco, “el nivel de reservas es aceptable”.
En los mercados de materias primas, los contratos para entregas de agosto cotizan más baratos que los de septiembre, en una tendencia denominada ‘contango’ que indica exceso de oferta.
Hasta 70 dólares
El experto consultado asegura que “el precio actual tiende a reflejar mejor la atonía del consumo global y se encamina hacia niveles con los que los países productores estaban cómodos hace no mucho tiempo (2008-2009): 70-80 dólares/barril.”
Los precios de los combustibles, por tanto, irán cayendo aunque, como siempre, más despacio que el crudo. Algo bueno para la actual recesión. ¿Una solución definitiva? No: “esto no echa más leña al fuego, pero tampoco servirá para resolver los serios problemas de estructura económica, como la desaparición del sector inmobiliario y de endeudamiento público y privado que tenemos en España”, concluía.
Habrá que ver la capacidad que tiene la Opep de frenar esta tendencia. Tanto el experto como otras firmas como Barclays reconocen que en ejercicios como 2008, el cártel no cortó la producción para mantener esos precios. Sin embargo, el banco británico, que también considera probable una caída de la cotización hasta los 80 dólares “o incluso por debajo”, alerta de una reacción de la organización petrolera para llevar de nuevo el barril al entorno de los 100 dólares.
Casi siempre resulta difícil encontrar informes de firmas financieras que sean bajistas con el crudo. Conviene no olvidar cómo cada vez que el petróleo se ha disparado, entidades como Goldman Sachs o JP Morgan han predicho precios de hasta 150 dólares el barril.
Barclays cita el riesgo de que se desplace dinero procedente del mercado de bonos hacia el de commodities. Los ataques soberanos pueden causar que haya fuga de dinero hasta el petróleo. Habrá que ver si las fundamentales inciden en una corrección del precio o si la especulación financiera dispara de nuevo la cotización.