Francisco García Paramés defiende a Melía frente a las dudas de los inversores. La cadena hotelera sigue pesando un 4% en la estrategia ibérica del gurú español a pesar de haberse devaluado prácticamente un 50% en el primer semestre del año, según se desprende del informe del fondo que se remite cada tres meses a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A pesar del la fuerte caída de la acción, Cobas sigue confiando en que en el largo plazo el impacto de la covid-19 será limitado en Meliá, "ya que tiene una deuda moderada y posee activos inmobiliarios
únicos con una valoración en circunstancias normales de aproximadamente 16 euros por acción, así como una familia con visión de futuro", señala la gestora en el informe anteriormente mencionado.
Paramés asegura que la cadena hotelera "puede aguantar mucho más de lo que razonablemente cabe esperar" e "incluso en un escenario de paralización de un año, el potencial de revalorización sería bastante más que el doble".
En este sentido, la gestora recalca que lo más importante, además del valor de sus activos, es que no tiene problemas ni de deuda, ni de liquidez. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los hoteles de Meliá están muy bien situados, con las inversiones en la puesta a punto y la mejora de 3-4 estrellas a 4-5 estrellas ya realizadas.
Aún así, la gestora señala que el factor clave es analizar "cuál es la capacidad de resistencia antes de que su valor se deteriore por debajo del precio de cotización (por ejemplo, asumiendo que no hay ingresos por cierre, manteniendo costes de personal, alquileres de los hoteles que no posee).
Como contraposición, Cobas advierte de que el sector hotelero "obviamente sufrirá durante estos meses, pero sufrirán más los más pequeños y habrá algunos hoteles familiares que terminarán cerrando, compensando en parte la menor demanda con una menor oferta".
Los peores resultados de su historia
Meliá Hotels International perdió 358,6 millones de euros entre enero y junio, el "peor" semestre de su historia por el impacto de la crisis del coronavirus y el deterioro del valor de los activos, frente a los beneficios de 47,7 millones que registró en el mismo periodo de 2019.
El grupo hotelero mallorquín obtuvo unos ingresos consolidados de 319,2 millones de euros entre enero y junio, un 63,3% menos que un año antes, debido a que los meses de abril y mayo han sido "los más complejos del año", con casi la totalidad de los hoteles cerrados por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Además, se han registrado deterioros de valor de los activos por importe de 148 millones de euros, afectando a diferentes epígrafes de la cuenta de resultados, pero sin salida de caja y por consiguiente sin impacto en la liquidez, según ha matizado la compañía.
