Economía

Guerras comerciales y vuelta al proteccionismo, retos del futuro Parlamento Europeo

La Unión Europea tendrá que saber posicionarse en un nuevo orden económico mundial menos favorable a la cooperación

  • Líderes globales

La hostilidad comercial internacional y la creciente tensión entre China y EEUU, que algunos expertos califican ya como "la segunda guerra fría", es uno de los retos políticos y económicos principales a los que se tendrá que enfrentar el futuro Parlamento Europeo que salga de las urnas el próximo domingo.

La Unión Europea (UE) tendrá que salir a flote de la marejada que han creado China y EEUU, intentando mantener su postura aperturista y su enfoque no beligerante con ninguna de las dos potencias económicas; al tiempo que se defiende de los ataques de Donald Trump (que ya ha amenazado con imponer aranceles a los vehículos y componentes importados de la UE, algo que sería muy dañino para la industria del viejo continente -sobre todo la alemana-) y mientras intenta pactar una igualdad de reglas de juego con China (que pone muchas trabas a la inversión europea mientras campa por libre por nuestro territorio).

"Cuanto más aumente y más encarnizada sea la rivalidad entre China y EEUU, más difícil tendrá la UE navegar en el triángulo UE-EEUU-China con posiciones neutrales, y muchos se verán obligados a posicionarse en uno de los dos lados", reconoce el propio Parlamento Europeo en un documento en el que esgrime los diez principales retos a los que se tendrá que enfrentar en la próxima legislatura.

Su posición es complicada porque aunque comparte con EEUU las quejas sobre China (en cuanto a competencia desigual, falta de respeto a las normas de la Organización Mundial de Comercio -OMC-, violación de derechos de propiedad intelectual, etc.), no cree que la imposición de aranceles sea la manera más adecuada para frenar esas prácticas del gigante asiático.

La encrucijada de la UE

Según un estudio del European Policy Centre (EPC), un think tank independiente y sin ánimo de lucro con sede en Bruselas, la UE deberá "ocupar su lugar en un nuevo orden mundial que está emergiendo" y que se caracteriza por la debilidad del multilateralismo y por el fuerte nacionalismo de EEUU y de China.

"La UE debe seguir siendo la defensora de la apertura, pero también pedir a sus socios internacionales que respeten las leyes y especialmente el sistema de comercio internacional", advierte esta organización, que recomienda a la UE que invierta en sectores estratégicos en los que no le conviene depender de otras potencias, como en la seguridad.

Un mundo cada vez menos global y más polarizado supondría "un reto serio" para el proyecto europeo, porque "Europa fue diseñada para reemplazar la lógica de la confrontación por la lógica de la cooperación" y no está preparada para un mundo enfrentado.

Hacia EEUU, los expertos creen que su objetivo debería ser preservar y actualizar el acuerdo transatlántico y tratar de evitar la imposición de aranceles, mientras que con China consideran que deberá luchar por lograr la reciprocidad.

"El próximo Parlamento Europeo deberá adoptar un enfoque estratégico que defienda el cumplimiento de reglas, defina el propósito de la Unión y organice sus iniciativas. La UE y sus estados miembro tendrán que ser pragmáticos para defender sus intereses en distintos asuntos, disputas y regiones", concluye, al tiempo que advierte de que si la UE no da un paso adelante habrá turbulencias políticas y divisiones internas en la UE.

Qué propone cada partido

Las decisiones que tome el próximo Parlamento dependerán de su composición, por lo que es interesante conocer las propuestas de cada partido al respecto. En España, ninguno de los cinco partidos con más representación parlamentaria otorga un papel muy relevante al conflicto comercial internacional, aunque algunos sí incluyen declaraciones de intenciones en sus programas para los comicios europeos.

  • El PSOE defiende "una gobernanza global" y apuesta porque "la UE establezca mecanismos que eviten el dumping (la competencia desleal en la venta de productos que se venden a un precio por debajo del coste) en su política comercial y que penalice, mediante un arancel de acceso al Mercado Único, las importaciones de empresas que producen en territorios con legislaciones sociales y ambientales laxas, o que no respetan el Acuerdo de París". En esa categoría de compañías podrían incluirse las chinas, ya que en ese país la legislación social es laxa (no se respetan los derechos humanos), y también las estadounidenses (ya que Trump se salió del Acuerdo del Clima de París).
  • Unidas Podemos también hace referencia a la legislación y señala en su programa que "en Asia se promoverá un nuevo modelo de relaciones comerciales justas y respetuosas con los derechos humanos, los derechos laborales y los medioambientales". "Dentro de ese marco, se involucrará activamente la Unión Europea (...) en el marco de la iniciativa One Belt, One Road de China, siempre con estricto cumplimiento de estándares laborales y medioambientales", señalan en alusión al megaproyecto de inversión en infraestructuras del gobierno chino que busca conectar Asia con Europa y ha sido bautizado como las Nuevas Rutas de la Seda.
  • El Partido Popular es el único que se manifiesta en su programa sobre la necesidad de contribuir a estabilizar "las relaciones entre la UE, China y los Estados Unidos" y explica cómo deben ser las relaciones con ambos países. Su prioridad, dicen, es la relación con EEUU, "que ha sido y es la alianza estratégica más importante para Europa desde la Segunda Guerra Mundial", por lo que apoyan fórmulas para reforzar las relaciones y la colaboración en materia de seguridad y defensa. Con China, el PP propone profundizar en la Asociación Estratégica. "China es un actor imprescindible en el mundo actual (...) la cooperación entre la UE y China es fundamental para hacer frente a los importantes retos globales (...) perseguiremos una relación económica positiva, equilibrada y mutuamente beneficiosa. Seguiremos impulsando acuerdos con China que eliminen los obstáculos a la inversión y al acceso de los productos europeos al mercado chino. Promoveremos que en el seno de la UE se estudien fórmulas de cooperación con la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda y se busquen sinergias", añaden.
  • Ciudadanos es el único partido que no incluye ninguna alusión al conflicto comercial en su decálogo electoral -que no programa-, pero su cabeza de lista para las europeas, Luis Garicano, ha reconocido a Vozpópuli que la posición de su partido respecto a la guerra comercial parte de la idea de que "Europa ha sido demasiado blanda con China".
  • Vox propone crear una figura institucional que supervise y acelere la negociación y la firma de los acuerdos comerciales, trabajando con objetivos y fechas límites. "Esa figura debe ser elegida en función de los acuerdos comerciales a tratar y deberá estar ligada a uno de los países europeos con los lazos con los países a realizar el acuerdo", explican. "No consentiremos la imposición de aranceles arbitrarios a nuestros productos", aseguran por otra parte.

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