Pepe Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 20 de marzo de 1956) es el secretario general de la UGT desde el año 2016. Sucedió en el cargo al histórico Cándido Méndez. Álvarez, que durante 26 años lideró la UGT de Cataluña, siempre ha sido una persona que ha hablado claro. Y en esta entrevista concedida a Vozpópuli, en plena reforma de las pensiones y de la jornada laboral, el líder sindical deja algunos recados a los partidos políticos, en cuya mano está que ambas medidas sociales se conviertan en realidad. Pepe Álvarez también habla de la actualidad política, como la corrupción del PSOE, la financiación catalana o la última ocurrencia del Gobierno, la de albergar a migrantes en el aeropuerto de Ciudad Real. Y lo hace nada más reunirse con Alberto Núñez Feijóo, que ha presentado a los agentes sociales sus últimas propuestas.
Pregunta (P). ¿Va a haber la reducción de jornada anunciada para 2024? ¿La habrá en la legislatura?
Respuesta (R). No parece muy razonable pensar que el 2024 esto esté zanjado legislativamente, porque aunque nos apuráramos y tuviéramos un acuerdo, los tiempos del Congreso y el Senado alargan estos cambios legislativos.
En todo caso, yo lo que estoy convencido es de que la reducción de jornada a 37 horas y media será una realidad. Creo que tenemos que planteárnoslo no con la angustia de cuándo, sino de que llegaremos y que además lo haremos, si es posible y yo creo que sería lo deseable, con un acuerdo con la CEOE, pero en todo caso España necesita una reducción legislativa de la jornada de trabajo. España tiene un sistema de jornada muy flexible ya, la acumulación de la jornada desde el punto de vista de que sea un sistema irregular hoy es posible y se hace en la mayoría de los sectores. La acumulación de bolsas de trabajo es otra práctica que se realiza en sectores y en empresas y en ese sentido ahora lo que hace falta es bajar la jornada en aquellos sectores en los que curiosamente trabajan muchas más mujeres que hombres y en aquellos sectores en los que además el peso sindical es más bajo.
Ésa es la razón fundamental por la que no se ha reducido la jornada por la vía de la negociación colectiva porque los convenios hacen mucho más difícil negociarlo, pero la jornada media en España está entre 38,2 y 38,3 horas.
P. ¿A qué atribuye el parón que se ha observado en el Ministerio de Trabajo, que pasó de meter presión para aprobar la reforma a no hacerlo? Se ha interpretado que venía de la parte socialista del Gobierno, ante la certeza de que Junts la frenará en el Congreso
R. Creo que más bien la realidad es dura y seguramente que las expectativas del Ministerio de Trabajo eran que sí iba a poder alcanzar un acuerdo y que iba a haber una mayoría parlamentaria para poder aprobar ese acuerdo.
La realidad es que no hay una mayoría parlamentaria que en estos momentos tengamos absoluta confianza que pudiera apoyar la reducción de la jornada a 37 horas y media. Tampoco hay una mayoría parlamentaria que diga lo contrario. Yo creo que, en todo caso, hay que trabajar para conseguir esa mayoría parlamentaria.
En eso es en lo que estamos los sindicatos, por eso esta campaña de explicación, de asambleas, de concienciación en la sociedad de que esto se puede y se debe hacer. Y, por otra parte, yo creo que nadie en el Gobierno tiene mucho interés en que esto se haga sin consenso. Yo creo que las políticas que hemos hecho con consenso y de acuerdo con la patronal han sido de gran utilidad y, por tanto, yo creo que todavía estamos lejos de pensar de que no va a haber consenso.
P. ¿Cree que la parte socialista del Gobierno va a apoyar la reforma hasta el final?
R. Pues la verdad es que las negociaciones en esta materia son con el Ministerio de Trabajo. La otra referencia que yo puedo tener es la del presidente del Gobierno y yo creo que el presidente del Gobierno está en la línea de que esto se apruebe sin condicionar que sea absolutamente necesario un acuerdo. Porque condicionar que sea absolutamente necesario un acuerdo es lo mismo que decir que no se va a aplicar, porque la CEOE, en el momento en que tenga la seguridad de que no se va a aprobar si ella no lo ha visto bueno es un derecho de veto que va a ejercer y que va a hacer imposible que se reduzca la jornada de trabajo.
P. ¿Qué le parece el papel de este último PP con propuestas de políticas sociales?
R. Me da la sensación de que, en todo caso, el Partido Popular es plenamente consciente de que los ciudadanos y las ciudadanas de este país tienen una cierta desconfianza con ellos en relación con las políticas sociales. Porque la reforma laboral, de manera absolutamente increíble, no la apoyaron, porque la mayoría de las leyes de carácter social cogen camino al Tribunal Constitucional, y desde ese punto de vista es un giro inteligente. Para mí, como dirigente sindical, creo que la mejor manera de representar a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país es conseguir que la derecha española tenga una cierta semejanza a lo que es la derecha europea, y, por tanto, que las políticas sociales no desaparezcan, que, en todo caso, serán más intensas o menos, en función de quién gobierne, pero que se puedan mantener. Y yo tengo la esperanza de que éste no sea un giro táctico de momento, sino que sea una convicción profunda de que ése es el camino que tienen que transitar.
Por otra parte, en relación con la reducción del tiempo de trabajo, si no se aprueba en esta legislatura, estoy absolutamente convencido que será uno de los puntos estrella en las próximas elecciones. Y tengo también la seguridad de que nadie va a querer ir de patito feo negando a las trabajadoras de este país, a los trabajadores de este país, el recortar el tiempo de trabajo. Bueno, yo creo que especialmente Junts.
Junts es un partido que, si vamos a sus orígenes convergentes, siempre ha trabajado esa doble pata. Son, obviamente, un partido inclinado hacia la derecha, pero con compromiso social, y hoy es muy difícil que haya una política de más compromiso social que la reducción del tiempo de trabajo.
P: ¿Ve usted a Núñez Feijóo más convencido de que va a gobernar ahora que cuendo se ruenieron en 2023 antes de las elecciones generales?
R. No, yo lo veo igual de convencido de que va a gobernar, pero, finalmente, eso depende de los ciudadanos y las ciudadanas. No depende ni de los dirigentes sindicales ni de los dirigentes políticos. De ellos depende hacer política.
En todo caso, a mí me parece que este giro necesita tiempo, necesita credibilidad, y me da la sensación de que ahí es donde se la juega. Es muy difícil que solo con proposiciones de ley la gente se crea este giro que, por otra parte, tienen pocas posibilidades de prosperar vía parlamentaria.
Por tanto, también, en ese sentido, creo que es bueno aplicar este dicho tan castellano de A Dios rogando y con el mazo dando. No sólo proponer, sino no negar algunas cosas que propones, pero que tienes la oportunidad de poner en marcha e igual no las pones en marcha.
P. El PP se abre ahora a votar a favor de la última reforma de las pensiones gracias a su mediación
R. Bueno, estos son unos temas que llevaba en agenda y creo que tuve la oportunidad de explicárselo a fondo y tengo la confianza de que, efectivamente, el Partido Popular apoya esta reforma a las pensiones, que, por otra parte, afecta a muchísima gente que seguramente ha votado el Partido Popular. Los autónomos que puedan, a la vez, sustituir el trabajo y la jubilación, el contrato relevo... Es decir, que yo creo que van en una línea que, razonablemente, deberían de poder apoyar.
P. ¿Están ya negociando el SMI de 2025?
R. No sé cómo está el asunto, no hemos tenido la ocasión de hablar con el Gobierno de la subida de la SMI. De hecho, yo creo que la SMI va a pasar lo que pasa siempre, que a finales del mes de noviembre, principios del mes de diciembre, se entra a fondo. Nosotros vamos a la negociación con una meta, que es que en esta legislatura que llegaba al 60% del salario medio de nuestro país.
Por tanto, para no perder el paso, lo razonable es no pensar en el aumento del IPC sólo, sino ver cuál es el aumento medio de los salarios e incrementarlo un poquito sobre ese aumento medio de los salarios, que es lo que nos va a permitir acercarnos a ese 60% del salario medio de nuestro país. A mí me gustaría que estuviéramos más cerca de los 1.300 euros que de los 1.200.
P. Ustedes siempre tienen una cifra que propia más alta que la del Gobierno y CCOO
R. Bueno, el cálculo es muy sencillo, el 60% del salario medio, que sale de tres fuentes a las que podemos acudir para buscarlo. Si no recuerdo mal, el salario medio del año 22 estaba en los 1.293 euros.
Por tanto, ésa es la meta del 22. Pronto tendremos la media del 23 y podremos ver cuál es el objetivo del año 23. Tenemos una manera de calcularlo que es idéntica a la de todo el mundo, es decir, nadie puede sacarse de la manga nuevas estadísticas.
Hay tres estadísticas, Hacienda, Seguridad Social, Eurostat, que las tres están bastante aproximadas. Cualquiera de las tres nos sirve y, en todo caso, hay una cuestión que algunos plantean que a mí me parece que también está fuera de dudas, que es que la Carta Social Europea habla del 70% del salario neto. Ésta es una cuestión que tiene que ver, seguramente, con una traducción no muy adecuada al castellano, porque el salario neto en Alemania no es el mismo que en España, en la medida en que la Seguridad Social que cotiza la empresa no es la misma que la que cotiza el trabajador. El IRPF normalmente en la mayoría de países no lo descuenta la empresa, lo paga directamente el trabajador, por tanto, el salario neto es el salario.
Y ése es el punto que en algún momento se ha debatido. Yo creo que hoy ése ya es un tema que genera menos debate.
P. Tenemos ya la resolución del Comite Europeo de Derechos Sociales sobre el despido. ¿Cree que el Gobierno la quiere aplicar?
R. A ver, primero, hay una resolución que las magistraturas están aplicando y una cuestión es cómo se actualiza la legislación española de acuerdo con esa resolución, que es la que tendría que hacerse vía diálogo social, vía acuerdo con el Gobierno, si es posible, en las tres partes, y esa, efectivamente, está en el terreno de ver cómo lo encaramos.
Hay muchos frentes abiertos, hay muchas mesas de diálogo y la patronal en este tema tampoco da muestras de que tenga un gran interés en discutirlo. Igual dentro de un tiempo tiene más interés, porque nadie puede impedir que los tribunales españoles a una resolución que jurídicamente nos acepta, como si fuera ley española, no lo aborden, y en ese sentido las magistraturas empiezan a situar demandas de despido con incrementos importantes, los tribunales superiores de justicia están sacando resoluciones en la misma dirección y yo creo que hoy es una realidad que el precio del despido no es el mismo que el que era.
P. ¿Y el Gobierno?
R. Pues el Gobierno, con todo mi respeto, puede decir misa, es una norma europea. El Gobierno hizo una cosa muy importante que es ratificar la Carta Social Europea y cuando la ratifica las resoluciones del Comité de Derechos Sociales son de obligado cumplimiento.
Va a convocarnos a la mesa para hablar de ese tema? Yo creo que sí, pero en realidad, sinceramente, yo tampoco veo mucha prisa, creo que el tiempo seguramente nos va a ayudar a que la patronal sea más sensible a la hora de abordar este tema.
P. En los últimos meses, se han dado algunos pasos para incorporar a Conpymes en el diálogo social. ¿Cómo lo ven ustedes?
R. Yo respeto mucho la independencia de las organizaciones y, en este caso, de los agentes sociales entre sí. Nosotros no vamos a entrar a debatir en cómo se constituye la representación empresarial en nuestro país. De la misma manera que no vamos a aceptar que entes ajenos a los propios empresarios promuevan organizaciones. Creo, sinceramente, que los empresarios españoles, en la CEOE y en Cepyme, están plenamente representados como lo han estado siempre. Nosotros, lo que tenemos que hacer, es trabajar con la patronal. Nos interesan patronales fuertes, representativas y con capacidad de poder llegar a acuerdos. Y en ese sentido, la CEOE en los últimos casi ya 50 años lo ha sido.
P. ¿En el caso de que se acabara aceptando la entrada de Conpymes en el diálogo social, ustedes se levantarían de la mesa?
R. En el marco del diálogo social, hasta ahora, nadie nos ha planteado que Conpymes vaya a estar.
P. Hay unas declaraciones suyas que fueron polémicas, contra los impuestos bajos de la Comunidad de Madrid, afirmando que se necesitan impuestos para sufragar el pacto del PSC con ERC. No sé si quería decir eso, si no se entendió bien…
R. No, no se entendió nada bien. Creo, además, que se han retorcido bastante. Yo creo que ni la Comunidad de Madrid ni ninguna comunidad tiene que pagar ningún pacto. Primero está por ver el pacto entre Esquerra y el PSC para que Illa asuma la presidencia de la Generalitat como se desarrolla, en qué contexto, cuáles son, si es que hay nuevas reglas fiscales, no solo con Cataluña, sino con el conjunto de las comunidades autónomas.
Para nosotros hay una cuestión que es absolutamente necesaria, pero no por Cataluña y Madrid, por Cataluña y Castilla-La Mancha o Cataluña y Castilla y León, que es que el dumping entre administraciones, a base de rebajar impuestos. No nos parece que se deba de permitir, porque eso nos lleva a situaciones complejas.
Tendríamos que empezar a analizar singularidades que existen en España, de algunas comunidades sobre financiadas y otras infrafinanciadas. Cuando una comunidad se puede permitir el lujo de bajar impuestos, quiere decir que seguramente tiene una sobrefinanciación, que yo creo que de manera clara es la Comunidad de Madrid.
P. ¿Está sobrefinanciada la Comunidad de Madrid?
R. Yo creo que sí, con el sistema actual creo que está sobre financiada.
P. Los estudios de expertos como Fedea, afirman que parece que están en la media como Cataluña…
R. Bueno, las balanzas fiscales tenemos que ver y analizar a fondo qué es lo que incluyen. La capitalidad, a Madrid le da un plus que pagamos todos y todas, que genera una actividad que, a mi juicio, genera una riqueza, que no genera en Castilla y León, que no genera en Andalucía o que no genera en Asturias. Por no hablar de otras cuestiones como la prestación de servicios a los ciudadanos. Por eso digo que si vamos a un nuevo sistema, todas estas cuestiones tienen que estar sobre de la mesa a la hora de poder analizarlo. Yo creo sinceramente que en la Comunidad de Madrid, los madrileños necesitan más y mejores servicios públicos.
Una de las cuestiones que a mí me parece dramática es que una comunidad como la de Madrid, con el nivel de riqueza que tiene, por ejemplo, no pueda hacer frente a la catástrofe de San Fernando de Henares. Me parece realmente un escándalo. Y eso seguramente tiene que ver con esa incapacidad querida de rebajar impuestos, por cierto, a las clases sociales que pueden y que deben pagar más impuestos.
P. ¿El ‘cupo catalán’ es de izquierdas?
R. Es que yo no sé lo que es el ‘cupo catalán’.
P. Se lo pregunto distinto. ¿El acuerdo entre ERC y el PSC es de izquierdas?
R. Ya lo veremos. A día de hoy es imposible que, con el texto que conozco, pueda determinar si es de izquierdas o no es de izquierdas. Todas las comunidades autónomas de España tienen singularidades. Hablo de Madrid, pero puedo hablar de Asturias, que también tiene sus singularidades como la dispersión geográfica de la población y la necesidad de atender esos recursos. En todo caso, a mí me parece por lo menos curioso que ese debate solo se haga mirando a una comunidad autónoma. En todo caso, el Estatut de Cataluña prevé la consorciación a la hora de recaudar los impuestos. Y en Alemania, por ejemplo, los impuestos los recaudan los Lands, no los recauda el Gobierno central.
P. Pero los devuelven al Gobierno central…
R. El consorcio que prevé el Estatut es un consorcio co-gestionado. He hablado de este consorcio porque a mí es lo que me parece que con un acuerdo entre las dos administraciones se podría desarrollar mañana, pero repito, que recaude Cataluña no quiere decir que no tenga que repartir, que no sea el sistema alemán. El cupo es otra cosa y yo creo que de momento en el cupo no estamos.
P. ¿Hay inquietud, dentro del sindicato, con las noticias sobre el pacto de financiación?
R. No, en el sindicato hay un debate muy serio que no es de ahora, que viene desde hace tiempo, en relación con si las comunidades autónomas, con los recursos que tienen, tienen suficiente para poder atender las necesidades de los ciudadanos.
P. ¿Qué opinión le merece la corrupción del PSOE que estamos conociendo? Hay algunas similitudes, por ejemplo, con el caso de los ERE, se está señalando directamente a la figura como ‘El 1’ del presidente…
R. Bueno, llevamos mucho tiempo que todo va a la figura del presidente. A mí alguien me tendría que decir cuántas cosas han pasado en España que no acaben con Pedro Sánchez. Vamos a tener mucho tiempo de ver esto, qué da de sí y qué hay de fondo. Yo, hasta ahora, en relación con el Partido Socialista, lo que veo son noticias sin ningún tipo de contraste con personajes que parece que no sabemos ni quiénes son. En relación con el presidente, lo que veo es un presidente que ha tomado decisiones y que lo ha abordado.
Me parece que el señor Ábalos va a tener un periodo de tiempo en el que va a tener que dar explicaciones. ¿Qué me parece la corrupción? Me parece un cáncer absolutamente insoportable.
P ¿Hay motivos para una huelga general en España, teniendo en cuenta los precios, por ejemplo, de la vivienda, la incapacidad de los jóvenes de llegar a ella, los precios de la cesta de la compra? Esto hace diez años, con un Gobierno del Partido Popular, seguramente tendríamos a los sindicatos en la calle…
R. No, estaríamos en la calle porque no habrían hecho las políticas que ha hecho el Gobierno del PSOE. Pero si un Gobierno del Partido Popular hubiera convertido tres millones y medio de contratos temporales en contratos indefinidos, si un Gobierno del Partido Popular hubiera subido las pensiones con el IPC, si un Gobierno del Partido Popular hubiera subido el salario mínimo interprofesional un 52%, seguramente no estaríamos en una huelga.
¿Esto quiere decir que no hay problemas? Claro que hay problemas. ¿Quiere decir que no hay que abordar el tema de la vivienda? Sí, ¿pero contra quién? La responsabilidad en materia de viviendas, constitucionalmente, es competencia de las comunidades autónomas. ¿El Gobierno del Estado tiene que intervenir? Claro que tiene que intervenir, porque se ha convertido en un drama social y económico. No solo social, sino social y económico. Y en esa exigencia es en la que estamos.
A mí me parece muy interesante que el movimiento vecinal, que los llamados sindicatos de inquilinas, a los que vamos a dar apoyo, se estén planteando hacer una huelga de pago de los alquileres. Tenemos que ponernos ante un espejo de que esta es una situación absolutamente insoportable, porque hay fondos buitre que controlan la vivienda y se hace absolutamente insoportable. ¿Va a haber motivos para hacer huelgas? Sí, claro que va a haber motivos para hacer huelgas, pero una huelga general...
P. ¿O más protestas?
R. Pero si las estamos haciendo cada día en los convenios colectivos. Y más que vamos a hacer.
P. ¿Y en la calle?
R. Y en la calle. Las de los convenios colectivos se hacen en la calle. Lo que no tienen es carácter político. A nadie se le ocurriría pensar que en un país como España, que ha hecho toda esta transformación que no teníamos en los últimos años, los sindicatos estemos haciendo una huelga general, ¿para qué? ¿Para que cambie el ciclo político y venga un Gobierno que todo lo que hemos hecho nos lo vuelva para atrás?
Hay que ser serios. Yo entiendo que esto es una frase que queda muy bien, pero hay que ir al fondo. Y el fondo es, desde mi punto de vista, que hay motivos para protestar cada día, hay motivos para exigir al Gobierno de España políticas más progresistas, pero es justamente lo contrario de lo que va a ocurrir si hacemos una huelga general y tenemos un Gobierno conservador en España.
P. ¿Qué opinión le merece la propuesta del Gobierno de alojar en el aeropuerto de Ciudad Real a los inmigrantes que llegan a España en una especie de 'gueto'?
R. La verdad es que no la conozco. Ya me parece mal que no la conozca, pero nosotros nos oponemos radicalmente a esas políticas. En España no hay un problema de exceso de inmigrantes. Hay que humanizar la relación con las personas que vienen de otros países, tenemos que encontrar vías para que se puedan reinsertar a trabajar. Sobre todo con los jóvenes no acompañados. Es una vergüenza que estemos cada día hablando, y que no seamos capaces de integrarlos con el problema que tiene este país con la natalidad.