Está semana comienza a llegar al mercado los resultados empresariales de una temporada que se espera a la baja en Wall Street. Y lo hace además bajo el caldo de cultivo de la situación de los bancos, que parecen, al abrir la veda de las presentaciones que se han comportado mejor de lo esperado, y de un mercado, el americano, muy centrado en aquello de lo que adolece la economía de Estados Unidos: fortaleza, porque cada vez, como después veremos, los efectos de las subidas de tipos se visualizan más en la debilidad económica.
En los últimos datos disponibles, contamos con que, con la presentación del 6% de los resultados de las empresas del S&P 500 del primer trimestre, el 90% sí están por encima de la media de las estimaciones. Una buena noticia, aunque el porcentaje no es representativo, indica que el mercado espera poco de esta temporada de resultados. De hecho, las sorpresas positivas de las ganancias del sector financiero han ayudado a sembrar cierta calma, según FactSet que espera, de forma generalizada, un recorte en la temporada del 5%.
Desde Refinitiv sus estimaciones sobre la temporada de resultados indican, ya con la visualización completa de la primera semana de presentación, que los beneficios en las compañías del S&P 500 bajen en un 4,8% en ese primer trimestre. Y ese porcentaje es cuatro décimas inferiores, al que se esperaba hace tan solo una semana.
Desde B. Riley Financial indican que, como el listón comparativo está tan bajo, pueden detectarse finalmente más sorpresas positivas de las previstas entre los resultados. Y, aunque se espera la confirmación en las expectativas de una economía ralentizada para los próximos trimestres, destacan la importancia que cobrará en esta ocasión el tipo de orientación y la confianza en el negocio de las corporaciones.
Expectativas. Esa sigue siendo la palabra clave que marcará el devenir de los acontecimientos y las presentaciones, que seguirán rivalizando en importancia con las declaraciones, numerosas esta semana de los miembros de la Fed sobre la expectativa de los tipos en la reunión de mayo, y como no, de los datos.
En su gráfica, vemos que el S&P 500 sube en la última semana un 1,36% mientras que en el mes recupera por encima del 4%. En el trimestre las ganancias acumuladas alcanzan el 4,4% y ya, en lo que va de año el indicador avanza un 8,5%.
Algunos de ellos, ya contabilizan esa lentitud con la que ya comienza a vislumbrarse el camino de la economía norteamericana en lo que queda de año. Y que hace aguas ya, según consideran varias firmas en lo relativo al consumo. Desde Citigroup, su directora ejecutiva Jane Fraser destaca que han comprobado una notable caída en el crecimiento del gasto de los consumidores a lo largo del trimestre.
Estiman desde la entidad que los viajes y el ocio se elevaron en el mes de marzo, pero que son gastos esenciales de las familias se han mantenido estables, mientras que en el resto de las categorías los gastos han descendido. Y es que el banco americano considera que a finales de año Estados entrará en una leve recesión, con la vista puesta en la incertidumbre en la economía.
Desde Barclays refrendan esta opinión. Su analista Renate Marold considera que desde principios de año se está produciendo una caída en el gasto, que ya se visualiza en la compra de bienes de forma drástica. Indican que, por primera vez desde 2021, el crecimiento del gasto interanual basado en sus tarjetas de crédito ha caído por debajo de cero.
Además, este recorte se produce con mayor intensidad en el caso de los compradores de mayores ingresos, con caídas del 10% frente al año pasado. Lo que puede indicar que ya visualizan en sus bolsillos el efecto de la inflación.