Economía

El PP propone salvar a las nucleares y al diésel en una transición energética que la izquierda quiere acelerar

Los partidos coinciden en la prioridad del avance de la energía renovable aunque difieren en la intensidad del mismo. Tanto PP como Unidos Podemos llevan en su programa medidas para abaratar el recibo, mientras que el PSOE da continuidad a su labor de Gobierno con el complemento de planes para la industria y la movilidad.

  • Central nuclear de Almaraz

La hoja de ruta de la transición energética quedó parcialmente definida poco antes de las elecciones, con la aprobación por parte del Gobierno socialista del Plan Integrado de Energía y Clima (PIEC), con las líneas maestras a seguir hasta el año 2030. Sin embargo, el documento solo es un borrador que deberá ser examinado por la Comisión Europea y que podría ser modificado. Y además, aún queda por tramitar una Ley que ayude a ponerlo en práctica y desarrollarlo. Por estas cuestiones, entre otras, el resultado de las próximas elecciones se antoja clave para conocer el futuro energético de España.

Un futuro que cambiará si el Ejecutivo acaba en las manos del Partido Popular, con el que las centrales nucleares tendrían la posibilidad de seguir funcionando más allá de 2035, según lo establecido en el calendario de cierres pactado con las eléctricas y Enresa.

El programa electoral de los populares no hace mención explícita a ninguna fuente energética, a excepción de las renovables en general, pero sí deja claro que su estrategia no pasa por "renunciar a otras tecnologías que aún son útiles a nuestro país". Este amplio campo también abarcaría a otras como las térmicas o los ciclos combinados (que emplean gas como combustible); sin embargo, el PP especifica más adelante que "daremos prioridad a las opciones energéticas que cumplan con los objetivos de reducción de emisiones al menor coste posible". Un perfil que se corresponde claramente con el de la energía nuclear, que genera a coste cero y sin emisiones.

Una visión claramente contrapuesta a la de los partidos de izquierdas. El del PSOE, obviamente continuista con la política desarrollada por el Gobierno, insiste en el desarrollo de las renovables y también en el cierre de las nucleares. Y, además, aprovecha para dar más pasos adelante, con actuaciones ya enunciadas meses anteriores, como el inicio de la tramitación de leyes de movilidad sostenible, un pacto de Estado sobre industria y un Plan Nacional sobre el agua.

Unidos Podemos: cierre nuclear en 2024

En estos puntos, las propuestas de Unidos Podemos van incluso más allá. La formación que lidera Pablo Iglesias establece como fecha para el cierre de las plantas de carbón el año 2025, en línea con el PSOE, pero incluso fija para un año antes el fin definitivo de las nucleares. Y además sitúa como objetivo que en 2040 el 100% de la electricidad en España provenga de fuentes renovables.

El precio del recibo de la luz también ocupa un lugar prioritario en los programas electorales del PP y de Unidos Podemos. En línea con su idea de promover una gran revolución fiscal, los populares pretenden abaratar la luz con la eliminación definitiva del impuesto a la generación eléctrica, que el Gobierno dejó en suspenso el pasado mes de octubre por un plazo de seis meses.

Mientras, Unidos Podemos propone para abaratar el recibo que los costes fijos no superen el 25% y que la parte ligada estrictamente al mercado se incremente en proporción con el consumo, de forma que los primeros kilowatios/hora, considerados como mínimo e imprescindibles para llevar una vida digna, tengan un precio muy reducido y a partir de ahí se vaya incrementando de forma paulatina hasta, incluso, penalizar el derroche.

A vueltas con el diésel

El PSOE hace hincapié en la necesidad de una energía más barata aunque no especifica medidas concretas para reducir el coste del recibo.  También pasa por encima de la polémica generada por la intención del Gobierno de llevar por Ley la prohibición de vehículos con motores de combustión a partir de 2040, que apoya Unidos Podemos de forma implícita con propuestas para incentivar la compra de coches con sistemas alternativos a los combustibles fósiles, aunque sin privilegiar los eléctricos (como sí pretende el Gobierno de Pedro Sánchez).

En este punto también discrepa el PP, que se posiciona en su programa en contra de "las prohibiciones a los vehículos de combustión", al tiempo que aboga por que la evolución tecnológica y las decisiones de los ciudadanos sean las que determinen "el ritmo de sustitución de unas tecnologías por otras".

El programa de Ciudadanos hace hincapié en el tratamiento de los residuos, en la importancia de cumplir con las exigencias de la Comisión Europea al respecto y también en planes para la reforestación de más de 450.000 hectáreas en España. Albert Ribera, líder de la formación naranja, se compromete a llevar a cabo estas medidas de forma inmediata, en sus primeros cien días al frente del Gobierno.

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