Las negociaciones políticas para pactar el Presupuesto de 2017 no avanzan mucho, pero el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha decidido poner en marcha la máquina presupuestaria aunque no tenga garantizados los apoyos. Este martes ha publicado en el BOE la orden ministerial que le permite remitir a los ministerios el marco presupuestario para acelerar la aprobación de las cuentas y se ha reunido con los sindicatos que representan a los empleados públicos para empezar a negociar.
Y es que Montoro ya ha puesto fecha a la presentación del Presupuesto: llegará al Congreso en la segunda quincena de marzo, aproximadamente, según confirman a Vozpópuli fuentes gubernamentales. Antes tendrán que ser aprobados en Consejo de Ministros y después empezarán las duras negociaciones para el debate de totalidad, el primer escollo que tendrán que salvar en la Cámara Baja. Lo cierto es que al PP le basta con tener el apoyo de Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV, partido con el que quiere reunirse esta misma semana.
Hasta ahora, el PP ha intentado por activa y por pasiva conseguir también la abstención o el voto favorable del PSOE. De hecho, tanto Montoro como otros miembros del Gobierno decían en todas sus declaraciones públicas que no tenía mucho sentido llevar al Congreso un Presupuesto que no contara con un fuerte respaldo. Pero el tiempo pasa y las negociaciones no prosperan, y parece que el Gobierno se ha decidido a intentarlo.
Con C'S, CC y PNV basta
Los votos favorables de Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV garantizarían el empate en el debate de totalidad, lo que, en la práctica, supondría el rechazo de las enmiendas. ¿Por qué? El reglamento establece que las enmiendas de devolución se tienen que votar conjuntamente. En caso de empate, hay que repetir la votación dos veces más para certificar que la igualdad se mantiene. Y si el empate persiste, la iniciativa, en este caso la devolución del proyecto, se entiende rechazada.
Superado ese trámite, empezaría la negociación de las enmiendas parciales, parcela en la que el PSOE sí está dispuesto a negociar para poder modificar el Presupuesto y ganar alguna batalla al Gobierno. Pactadas las enmiendas, las cuentas pasarán por el Senado, donde no habrá muchas dificultades porque el PP conserva la mayoría absoluta. Y a partir de ahí, podrían quedar aprobadas de forma definitiva, algo que el Gobierno espera que suceda al principio del verano.
Rajoy asegura que no convocará otras elecciones aunque no sea capaz de pactar el Presupuesto
¿Y si finalmente no se aprueban? Hasta ahora, la única ocasión en la que un Gobierno no ha sido capaz de sacar adelante un Presupuesto, se vio obligado a convocar elecciones. Al menos es lo que ocurrió en 1996 cuando gobernaba Felipe González. Sin embargo, lo cierto es que la situación no es exactamente igual. Esta vez las cuentas del año pasado ya están prorrogadas y garantizan la continuidad del año presupuestario e incluso el cumplimiento del déficit.
De hecho, esta misma semana, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, garantizó que no someterá al país a unas nuevas elecciones generales aun en el caso de que no haya acuerdo para aprobar los Presupuestos. "No voy a convocar elecciones porque es un disparate. Hace daño a un país que ya ha celebrado dos elecciones en un año", dijo el jefe del Ejecutivo en una entrevista en TVE el lunes.