Si Frodo Bolsón utilizara el móvil para comunicarse con Gandalf, el modelo que nos ocupa sería el suyo, al menos por proporciones. Hablamos de Palm, un dispositivo del tamaño de una tarjeta de crédito lanzado por Vodafone en España.
Su tamaño (50,6 x 96,6 X 7,4 mm) es un hándicap, pero es un factor pensado a propósito. La firma norteamericana buscaba un equipo con el que desintoxicarse del móvil. Poseer toda la oferta de un teléfono al uso pero al mismo tiempo evitar su utilización. Restringir las interacciones a momentos indispensables.
La realidad es que Palm da de lleno en la diana. Después de un fin de semana con él, cumple con lo que promete. El equipo es un antídoto frente a la adicción móvil. Así las cosas, se reducirá el uso de pantalla, pero incrementaremos la comunicación de voz.
Primeras sensaciones
Sobre la mano sus poco más de 62 gramos le convierten en el peso pluma de los móviles, aunque por dentro es como cualquier otro smartphone. Por un momento volví a las sensaciones de aquel legendario -y diminuto- Nokia 8210 que probé hace casi 20 años.
El Palm lleva 32GB de disco duro, 3GB de RAM, cuenta con Android Oreo 8.1, un procesador Snapdragon 435 y una batería de 800mAh. Este es el primer punto positivo. La velocidad de carga. Al ser un equipo con una batería tan contenida, el ascenso de los dígitos que informan del estado de la carga de la pila mientras está enchufado es casi tan rápido como el segundero de un reloj. Dejando al margen exageraciones, chupando el dedo y levantándolo al aire nos parece el teléfono más rápido en este apartado.
Encendido
No esperes nada distinto. Poner el marcha el Palm es como hacerlo en cualquier otro teléfono. Utilizando la cuenta de Google, en sólo un par de minutos y tras introducir la wifi de casa, el teléfono sincronizará nuestros datos -correos, aplicaciones, fotografías..-. Tras concluir este proceso, me eché al monte con él.
Pasado un rato, cuando el cerebro olvida que estás utilizando un móvil de estas características, viene la primera amenaza de infarto. Esa mano que va al bolsillo y palpa el más absoluto vacío provoca una chispa cerebral. "Ostrás, he perdido el móvil". Hasta que las neuronas acaban haciendo su trabajo y recuerdas.
La pantalla tiene sólo 3,3 pulgadas de tamaño, una resolución HD y se ve francamente bien. Como curiosidad, destacar que sobre la misma cuenta con un detector facial para desbloquear el móvil sin usar los dedos. Sorprende mucho en un equipo de estas características. Tampoco tendrás problemas instalando apps. Es compatible con cualquiera de la tienda de aplicaciones de Google.
Escribir un WhatsApp
Qué tiempos aquellos en los que jugaba con mis primos a 'Operando'. El pulso y la paciencia eran las claves. Casi lo mismo que escribir un correo o WhatsApp desde el Palm. Algo aún más complicado si tienes las yemas de los dedos como las mías, del tamaño de un orco de Mordor.
Esto provoca dos reacciones tras horas de uso. La primera es que ningún mensaje va a poner nuestra vida en jaque, y la segunda que no hay nada que no solucione una llamada de teléfono. Todo puede esperar.
Algo muy interesante en vacaciones o durante los fines de semana. Un uso diario del Palm será un calvario, pero con una tarjeta SIM adicional es perfecto para llevarlo a hacer deporte o de copas, cuando no vamos a hacer un uso intensivo del móvil, y dejar el teléfono 'grande' en casa.
Cámara
La parte multimedia del equipo es modesta pero resultona. Cuenta con dos cámaras, una trasera de 12 megapíxeles y una para selfies de 8 megapíxeles. Les damos un aprobado raspado. Cumplen su función pero nada más. No esperes buenas fotos en ausencia de luz.
Vodafone comercializa este equipo con conexión 4G a un precio de 410 euros. Está pensado para utilizarse con Vodafone OneNumber, servicio que permite usar el teléfono con la línea habitual, compartiendo voz, mensajes y consumo de datos de la tarifa.
