Las compañías eléctricas propietarias de la central nuclear de Almaraz, Iberdrola, Endesa y Naturgy, han aplazado unas horas la reunión que tenían previsto mantener en la tarde de este jueves para tratar de desbloquear la solicitud de renovación de la licencia para operar la planta. Las compañías han preferido profundizar en reuniones internas para llevar unas propuestas lo más consensuadas posibles a la asamblea, dado que el encuentro del pasado martes finalizó sin acuerdos y con posiciones muy alejadas entre las partes.
Fuentes del sector confirmaron a Vozpópuli que la asamblea se traslada a este viernes, a primera hora, dado el escaso margen de tiempo con el que cuentan para llegar a un acuerdo. El plazo para presentar la solicitud vence a finales de la próxima semana.
En el encuentro del martes, Iberdrola y Naturgy insistieron en su planteamiento de que la decisión de solicitar la licencia debería someterse a discusión de los tres socios una vez que se conozca el dictamen del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre las inversiones que deben llevarse a cabo para que la central siga operando. Por su parte, Endesa defiende la postura de solicitar la renovación sin ningún tipo de condiciones.
Las compañías pretenden que en la próxima reunión se pueda alcanzar un acuerdo o, al menos, acercar las posturas, para lo que es necesario profundizar en reuniones internas previas, de acuerdo con las citadas fuentes.
Bogas: "Comprar la participación no es la solución"
Mientras, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, considera que la solución para el futuro de la central nuclear de Almaraz no reside en que la compañía que dirige adquiera a Iberdrola y Naturgy sus participaciones en el activo y, de esta forma, se desbloquee la actual situación de desacuerdo para solicitar los permisos que permitan a la planta más allá de 2020, cuando vence la actual licencia.
En la última reunión que mantuvieron las tres eléctricas sobre el futuro de Almaraz, que tuvo lugar este martes, Endesa llegó a proponer a Iberdrola y Naturgy que le cedieran sus participaciones (que suman un 64%), siempre y cuando se comprometieran a sufragar parte del mantenimiento y de la operación de desmantelamiento, a lo que obtuvo una respuesta negativa de las dos.
Tras su participación en la presentación de un estudio de la consultora Deloitte sobre ciudades energéticamente sostenibles, Bogas apuntó que esta posible salida al problema "no es la mejor solución ni mucho menos porque todas las empresas somos conscientes de la importancia del protocolo firmado con Enresa y lo mejor es llegar a un acuerdo para respetarlo".
Un plan de 400 millones
El protocolo establece un calendario de cierre para los siete reactores que aún están activos en España. En el caso de los dos de Almaraz, se contempla su final para los años 2027 y 2028. Sin embargo, la actual licencia de operación vence en 2020, por lo que las propietarias deben solicitar antes del 31 de marzo su renovación para llegar a las fechas marcadas en el protocolo.
Aunque Bogas aseguró que "todas las posibilidades están abiertas", matizó que una eventual salida de Iberdrola y Naturgy se contemplaría en el caso de que ambas manifestaran que no querían seguir en el negocio. "Primero, tendría que quedar claro que alguien no quiere continuar y creo que no es el caso, no es deseo de ninguna abandonarlo, las tres queremos seguir".
El pasado 12 de marzo, las tres compañías aprobaron por unanimidad un plan de negocio que asciende a 400 millones de euros para afrontar los años restantes de operación de la planta. El planteamiento de Iberdrola y Naturgy se basa en que las inversiones que contemple como necesarias el CSN para que el Gobierno pueda conceder a Almaraz la renovación de la licencia de operación podrían ser sensiblemente más elevadas de lo previsto, por lo que consideran oportuno que la solicitud se revise en cualquiera de los casos.
Mientras, el consejero delegado de Endesa sostiene que lo importante es respetar el protocolo en cualquier caso y no "ponerse la venda antes de tener la herida".