El liderazgo económico de Nadia Calviño en el PSOE, una de las claves del planteamiento de la campaña de Pedro Sánchez para las elecciones generales, es una segunda opción, un plan B, para la propia Calviño y para el Partido Socialista. El plan A, según ha anunciado la vicepresidenta primera en funciones, es salir elegida presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que asegura haber decidido con Sánchez tras los comicios.
Se ha presentado como candidata con muchas posibilidades, incluso favorita a pesar de que se enfrenta a Margrethe Vestager, por lo que la Vicepresidencia Económica del Gobierno será un segundo plato si reedita el fracaso que obtuvo cuando se presentó para presidir el Eurogrupo y con la retirada de su candidatura para dirigir el FMI.
Antes de las elecciones, se daba por descontado que Calviño intentaría concurrir al BEI si no salía un vencedor con posibilidades de gobernar y que buscaría que el PP la promoviera si Alberto Núñez Feijóo ganaba con claridad. La sorpresa es que lo ha hecho cuando el PSOE se presenta a sí mismo como única posibilidad de gobierno. Las explicaciones de la vicepresidenta en funciones de que su candidatura no afecta a su liderazgo económico resultan ahora todavía más llamativas, cuando la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha fijado el debate de investidura de Núñez Feijóo el 26 y 27 de septiembre.
Esto implica que tras el probable fracaso del popular, si Sánchez consigue ser investido, no habría gobierno como pronto hasta noviembre. Y Calviño sólo ha asegurado su permanencia hasta diciembre. Es decir, que afirma ahora que si es elegida presidenta del BEI, sería vicepresidenta primera el Gobierno hasta diciembre, ya que se incorporará al Banco en enero. Su vicepresidencia económica duraría apenas un mes. Es más de lo que aguantó como ministro de Cultura y Deporte Máximo Huerta en 2018 -siete días-, pero fue así porque estalló un escándalo que no estaba previsto.
Este escenario se sigue de las palabras de Calviño, de las fechas de la elección para la Presidencia del BEI, el 15 y 16 de septiembre, en Santiago de Compostela, y del calendario de la investidura en ciernes.
Calviño planteó el 12 de agosto en Cádiz su pretensión de ser vicepresidenta económica de España y presidenta del BEI como si las dos cosas no fueran excluyentes. Ha afirmado que su hipotética elección como dirigente del banco europeo -que presenta como muy probable- no interferiría "en absoluto" con su rol de vicepresidenta primera del gobierno, y que Pedro Sánchez "ha expresado su confianza" en ella para repetir su rol en un posible futuro gobierno del PSOE.
Es decir, que Calviño sólo será vicepresidenta económica con vocación de permanencia si no es elegida presidenta del BEI. Si sale vencedora, asegura que estará al frente de la política económica, pero sólo podría hacerlo hasta diciembre. Este escenario inestable y que parece difícil de que llegue a producirse, resulta aún más improbable con las fechas del primer debate de investidura que se han concretado. ¿Quiere Pedro Sánchez nombrar a Calviño vicepresidenta económica durante apenas un mes como mucho y en Navidades tener que nombrar a otro/otra?
El precedente de Emma Navarro
No se trata sólo de cargos y nombres, sino de quién dirige la política económica del país. Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos en funciones trasladan que los plazos de investidura son los que son y que cuando Pedro Sánchez sea investido, en las fechas que sean, se contempla la opción como hasta ahora.
En sus declaraciones el 12 de agosto, Calviño destacó que desde su fundación en 1968, al frente del Banco Europeo de Inversiones ha habido siete presidentes, "todos hombres y ningún español", y consideró que la Presidencia del BEI consolidaría la tarea de conseguir que España tenga "una voz fuerte y el respeto" de los otros países europeos.
La vicepresidenta en funciones no citó a Emma Navarro, ex secretaria general del Tesoro y presidenta del ICO nombrada por el PP, además de exdirectora de Gabinete de Luis de Guindos, que ha sido vicepresidenta del BEI entre 2018 y 2020.
Lo que está en juego
La, según la propia interesada, muy probable elección de Calviño como presidenta del BEI se produciría en un momento especialmente delicado para buscar una nueva Vicepresidencia Económica: en plena vuelta de las reglas fiscales tras cuatro años de suspensión por la pandemia y la guerra en Ucrania, y en una legislatura que se prevé basada en cesiones al independentismo catalán, buena parte de ellas, económicas.
Todo ello, en un entorno internacional incierto y cuando varios indicadores están dando muestras de desaceleración, entre ellos, la recaudación tributaria, mientras la inflación subyacente persiste.
Además, Calviño dejaría el Plan de Recuperación a año y medio de su fecha límite de ejecución, agosto de 2026, con el cuarto pago atragantado y con una polémica adenda en negociación. Una negociación que ha estado salvaguardada por su reconocida 'mano' para obtener el aval de Bruselas.
pacolo
Mejor que se marche, que para lo que ha hecho en el gobierno, mejor nos hubiese ido sin ella. Es otra "PINOCHA" como su jefe
bread2g
Liderazgo económico el PSOE? El gobierno con la mayor deuda pública de la historia y llaman liderazgo económico? Jajajajaja