Economía

El relevo en el INE deja a España sin la presidencia de la 'cúpula' estadística de la UE

La salida del hasta ahora presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, provocará la pérdida de la presidencia del Partnership Group (PG), el grupo de alto nivel del Comité del Sistema Estadístico Europeo

  • El hasta ahora director del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo.

España perderá la presidencia de la 'cúpula' estadística de la Unión Europea (UE) tras forzar la salida del hasta ahora presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Juan Manuel Rodríguez Poo, según ha podido saber Vozpópuli. Se trata del Partnership Group (PG), el grupo de alto nivel del Comité del Sistema Estadístico Europeo (SEE) que el Instituto español preside por primera vez en la historia desde enero, hace apenas medio año.

Poo debía permanecer en el cargo de presidente del Partnership Group hasta el 31 de diciembre de 2023, pero fuentes del organismo confirman a este periódico que el cargo que Poo desempeña es nominativo y, por tanto, se perderá con su relevo como presidente del INE.

El Sistema Estadístico Europeo está formado por Eurostat (la oficina de estadística de la UE), las oficinas de Estadística de todos los Estados miembros (los diferentes INE) y otros organismos que elaboran estadísticas europeas. Este organismo garantiza que las estadísticas europeas elaboradas en todos los Estados miembros sean fiables, siguiendo unos criterios y definiciones comunes y tratando los datos de la manera adecuada para que sean siempre comparables entre los distintos países de la UE.

Por su parte, el Partnership Group es un grupo de alto nivel formado por 10 miembros del Comité del SEE que tiene como principal misión promover e impulsar el desarrollo del sistema europeo, especialmente para el desarrollo de herramientas y políticas comunes. "El Instituto Nacional de Estadística va a jugar un papel esencial en la reforma y modernización del SEE en estos próximos dos años", destacó la institución en su momento, a través de una nota de prensa.

Además, del presidente, elegido por un periodo de dos años, están la directora general de Eurostat, en calidad de vicepresidenta, y el director de Eurostat encargado de la gobernanza del SEE. También están presentes el responsable del INE del país que ejerce la presidencia de turno del Consejo de la UE, los presidentes de los institutos estadísticos de los países que ejercen la presidencia del Consejo entrante y saliente, y otros cuatro presidentes de oficinas estadísticas nacionales elegidos por el Comité.

Los 'choques' del Gobierno con el INE

El Gobierno empezó por cuestionar los datos económicos que proporcionaba el INE al chocar con las previsiones del Ejecutivo y ha acabado por forzar la dimisión del presidente del organismo. Las discrepancias llegaron en septiembre del año pasado, cuando el Instituto revisó a la baja en 1,7 puntos el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre que había avanzado meses antes y que había dado margen al Gobierno para hacer unas previsiones económicas potentes, con un repunte del 6,5% para 2021 y del 7% para 2022.

Sin embargo, tras un verano peor de lo esperado, llegó la fuerte revisión del INE, que provocó que todos los analistas y organismos económicos empeoraran sus proyecciones para la economía, truncando el mensaje de que España lideraría la recuperación gracias al buen ritmo de vacunación y a la pronta recepción de los fondos europeos. De hecho, el Gobierno tardó medio año en admitir el menor crecimiento del PIB en ambos años, rebajando las previsiones ya en abril de este año y asumiendo que España será el último país de la UE en salir de la crisis iniciada con la pandemia.

Después de ese suceso, los intentos de desacreditar el PIB han sido numerosos. Por un lado, tanto Economía como Hacienda crearon nuevos indicadores que, frente a la Contabilidad Nacional, mostraban una recuperación total de los niveles precrisis ya en noviembre. De hecho, el Informe semanal de ventas diarias que ideó Hacienda daba en su primera publicación mejores resultados que los de 2019, cuando el tradicional de Ventas, empleo y salarios de las grandes empresas, el que llevó al INE a rebajar previsiones, no lo hacía.

Tanto es así, que el Ministerio de Hacienda llegó a restringir la información que proporcionaba al organismo autónomo para sus cálculos. En concreto, tal y como publicó Vozpópuli, durante unos trimestres, la Agencia Tributaria dejó de proporcionar al INE los datos adelantados de Ventas, empleo y salarios de grandes empresas y pymes para el avance del PIB tras la revisión a la baja en 1,7 puntos del segundo trimestre de 2021. Después, el Gobierno volvió a proporcionar estos datos, según ha podido saber este periódico.

Además, en aquellas semanas en las que se fraguaba la cascada de revisiones a la baja tras el hachazo del INE al PIB del segundo trimestreCalviño organizó un seminario denominado Más allá del PIB/Beyond GDP y convocó una rueda de prensa en el Ministerio junto al comisario europeo Paolo Gentiloni y al propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para abordar la necesidad de desarrollar nuevos indicadores económicos y aseguró que el PIB es un indicador útil pero insuficiente para dar la medida exacta de los recursos y la capacidad de la economía de un país, instando a revisar y ampliar las métricas.

Sustitución en los "próximos días"

Finalmente, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, también ha contrapuesto los datos de empleo y recaudación "completos" frente a los del PIB, "sometidos a revisión constante", un discurso que el presidente del Gobierno luego ha hecho suyo. En el balance del año que hizo el pasado 29 de diciembre, Sánchez destacó los datos "reales" de afiliación a la Seguridad Social frente a las "estimaciones" de los distintos organismos, que oscilan "al alza y a la baja" en un contexto de "extraordinaria incertidumbre" por la pandemia.

Tras los roces por el lento despegue del PIB, el problema de la inflación aterrizó en la economía española y provocó un nuevo choque entre el INE y el Gobierno. Éste último ha llegado a cuestionar ante la Comisión Europea la metodología que utiliza el Instituto para elaborar el Índice de Precios de Consumo (IPC), culpándole de parte de la elevada inflación que revela la estadística al no incluir los precios del mercado libre de la electricidad (y que representa a cerca del 60% de los consumidores), tal y como publicó este periódico.

De no haber sido por la salida de Poo, el próximo dato discordante podría haberse localizado en la Encuesta de Población Activa (EPA), pues a diferencia del Ministerio de Trabajo, el INE sí contabiliza como parados a los fijos discontinuos que verifiquen que han estado en contacto con una oficina pública o privada de empleo con el fin de encontrar trabajo. Esta modalidad de empleo indefinido es la que más ha crecido con la reforma laboral de Yolanda Díaz y ha sido cuestionada, entre otros, por el PP.

En cualquier caso, la salida del hasta ahora presidente del INE marca un antes y un después en esta batalla. Tras comunicar el propio Poo su renuncia al cargo este lunes, el Ministerio de Asuntos Económicos ha abierto "un proceso de sustitución que se espera cerrar en los próximos días" y se baraja que el hasta ahora secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, número dos de Escrivá que comunicó su salida del Ministerio la semana pasada, podría ser el nuevo presidente del INE, según publicó El Confidencial. De ser así, será la primera vez que el Gobierno cambia al presidente del INE en medio de una legislatura y que elige a un candidato procedente del Ejecutivo.

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