Economía

El puerto de Rotterdam, el 'punto caliente' de la entrada de alimentos contaminados en Europa

Lejos de lo que se ha comentado estas semanas sobre los puertos españoles, el 'punto caliente' de la entrada de productos contaminados en Europa está en el puerto de Rotterdam

  • Puerto de entrada de productos a la Unión Europea -

Las semanas convulsas en las que ha estado sumido el campo europeo han entrado en fase de estancamiento. Las condiciones de los trabajadores del sector, la presión burocrática y la supuesta "competencia desleal" han encendido a un sector primario 'ahogado' desde hace años. También ha sido muy problemático el caso de las supuestas contaminaciones de alimentos procedentes de terceros países, a los que no les exigen las mismas condiciones que a los agricultores europeos. Lejos de lo que se ha comentado repetidamente estas semanas sobre los puertos españoles, el verdadero 'punto caliente' de la entrada de productos contaminados en Europa no está en España, sino en el puerto de Rotterdam, por lejos que quede de esos terceros países "desleales".

Así lo han explicado fuentes tanto europeas como agrícolas a preguntas de Vozpópuli sobre el origen, los motivos y los procesos de esas contaminaciones, una de ellas destapada en exclusiva por este periódico.

La clave está en que, pese a que las políticas están redactadas por la Unión Europea, las inspecciones y la aplicación de esas normativas son un trabajo de cada país miembro, por lo que hay mucha disparidad a la hora de aplicar esas normativas europeas. "Los estados miembros son los que realizan los controles de las entradas de productos; las políticas pertenecen a Europa, pero los "chequeos" son una labor de los Estados miembros. Y en esos estados hay divergencias de criterios", explica en conversaciones con este periódico Javier Poza, secretario general de SOS Rural y representante del sector agrícola en Bruselas.

En Europa hay dos puntos principales para la entrada de alimentos de terceros países: Rotterdam y Amberes. Aunque es cierto que por cercanía con países como Marruecos puede esperarse que España sea uno de los puntos clave en el comercio europeo, la realidad es que la mayoría de las mercancías que llegan al 'viejo continente' lo hacen a través de uno de estos dos puertos. Y en éstos, especialmente en el puerto holandés, la situación suele ser "caótica".

¿Por qué se produce este caos en el puerto de Rotterdam? La explicación es muy sencilla: los aranceles. "Cada estado miembro recibe una parte del arancel de los productos que entran por sus puertos. Por ello, quieren que los productos entren por sus puertos, que entre la máxima cantidad de productos por sus fronteras para llevarse la mayor cantidad de beneficio por los aranceles. Y esa es su política. Holanda, por el perfil comercial que tiene, no quiere que haya ningún tipo de cuello de botella. Quieren que les elijan como puerto y no otro, para llevarse más comisión. No es un tema del sistema de alertas, sino de las políticas de verificación de cada país", explica al respecto Poza.

En España, sin embargo, los controles son mucho más exhaustivos que en otros países europeos, precisamente por nuestra fuerte tradición agrícola. "Protegemos mucho más nuestro producto. Le damos más prioridad a proteger lo nuestro, porque somos conscientes de la calidad y de la importancia que tiene nuestro producto para nuestra economía, por lo que la exhaustividad, por mucho que ahora se haya dicho lo contrario, es mucho mayor", aseguran estas mismas fuentes. "En el caso de España nuestra posición es tener un control riguroso de lo que entra, porque somos el huerto de Europa. Nos interesa que sea rigorosísimo, al igual que tenemos más interés en que nuestro producto se exporte antes que el de terceros", agrega Poza.

El caos en Rotterdam, señal de una necesidad de protocolo europeo

Los comerciantes de terceros países son conscientes de las diferencias de criterio de los puertos europeos, al igual que conocen el alto interés del puerto de Rotterdam por hacer cuántas más entradas de productos mejor. Lógicamente, se aprovechan de este hecho y en función del producto entran por un puerto o por otro. "Más tiempo retenidos es más dinero perdido". Saben cómo funcionan los puertos en España así que en muchas ocasiones prefieren "dar toda la vuelta" y entrar por Rotterdam, antes que esperar a los controles de las fronteras españolas.

Este caos que se genera en Rotterdam es una señal de la necesidad "urgente" de unificar los criterios europeos. "A nivel europeo se ha propuesto en alguna ocasión una especie de Frontex, la guardia de fronteras europea, para que se vigile el producto alimentario también, para garantizar la seguridad alimentaria, que se realicen una serie de análisis mínimos, que se unifiquen la aplicación de los criterios y que no sean aplicados por los estados miembros. Por ahora no ha salido adelante ninguna idea, pero es más que evidente que se necesita una actuación conjunta de manera inmediata", termina Poza.

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