Ryanair blinda su actividad en la Unión Europea a partir del 1 de enero, cuando entrará en vigor el acuerdo del Brexit. Para hacerlo, prohíbe la adquisición de acciones ordinarias por parte de los ciudadanos de Reino Unido y retira los derechos de voto en la Junta General a aquellos británicos que participen hasta la fecha en la sociedad.
La aerolínea 'low cost' con sede en Irlanda ha informado este martes de la medida, que tiene como objeto "proteger sus licencias de explotación después del Brexit" y "asegurarse de que seguirá estando controlada de forma mayoritaria por la UE".
El acuerdo de salida de la Unión Europea mantiene los requisitos de propiedad y control marcados por la Comisión Europea, entre los que destaca la obligatoriedad de que más del 50% del capital social de la empresa esté en manos comunitarias.
En el pacto se recoge la creación de un comité bilateral que en los próximos doce meses podrá acordar la modificación de esta legislación para una liberalización recíproca. Pero mientras tanto, Ryanair toma medidas para proteger su actividad.
Acciones "restringidas"
Desde el 1 de enero, "todas las Acciones Ordinarias y Acciones Depositarias poseídas por o en nombre de ciudadanos de fuera de la UE (incluidos los nacionales del Reino Unido) se tratarán como Acciones restringidas", asegura Ryanair.
En este sentido, "sigue en vigor la prohibición de que los ciudadanos de fuera de la UE adquieran acciones ordinarias", una medida anunciada en febrero de 2002 y que ahora incluye también a los de Reino Unido.
IAG -holding al que pertenecen Iberia, Vueling, British Airways, Aer Lingus y Level- también impidió la entrada de inversores extracomunitarios impuesto en febrero de 2019 ante el temor al Brexit, pero levantó el veto a principios de este año.
Además, los accionistas británicos no estarán obligados a vender sus acciones, pero sí perderán "el derecho a asistir, hablar o votar en cualquier junta general de la compañía". Estas restricciones permanecerán vigentes hasta que la dirección de la compañía determine que ya no existe algún riesgo en la propiedad y el control.