Sabadell ha dejado de contabilizar en su balance los activos de Sareb heredados del Banco Gallego por importe de 621,6 millones de euros que gestionaba a través de Solvia, según el informe financiero anual del banco remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La entidad estaba obligada a valorar estos activos como suyos porque los gestionaba su 'servicer', a pesar de que cuando se adquirió el Banco Gallego, éste había traspasado toda su cartera a Sareb. Pero tras vender Solvia, Banco Sabadell ha quedado liberado y puede descontarse del balance esta gestión.
La entidad que preside Josep Oliú también ha dado por perdida toda su inversión en el 'banco malo' tras provisionar la totalidad de su participación del 6,6%. A cierre del ejercicio de 2019, Sabadell decidió deteriorar al 100% la participación anteriormente mencionada, que contabilizaba en apenas 4,5 millones de euros. Además, también redujo la deuda subordinada hasta los 27 millones de euros, frente a los 73,7 que se anotaba a cierre del ejercicio de 2018.
Renovación de la cúpula de Sareb
La Sareb ha reforzado su equipo directivo recientemente con la incorporación del exdirector general de Solvia Javier García del Río. La intención es que este profesional opere como consejero delegado, pero no será nombrado en el cargo hasta la próxima junta general. Mientras tanto, García del Río trabajará como director adjunto bajo la tutela de Jaime Echegoyen.
El nuevo directivo fue el máximo responsable de Solvia entre 2014 y 2019, periodo en el que logró que la entonces división inmobiliaria del Banco Sabadell se convirtiera en uno de los líderes del mercado, según un comunicado de Sareb. Al mismo tiempo fue subdirector general del Sabadell, entidad a la que se incorporó en 2012 procedente de la CAM, la caja alicantina que el banco catalán compró en subasta por un euro.
Nuevos problemas
No obstante, al 'banco malo' no paran de abrírsele nuevos frentes, como el que hemos contado en Vozpópuli. El Tribunal Supremo ha obligado a la entidad a devolver cinco millones de euros, más costas, a la promotora Proinsa, que tras entrar en concurso de acreedores interpuso una acción rescisoria contra el 'banco malo'. Esta litigiosidad bancaria es bastante desconocida por la sociedad, pero genera en ocasiones mayores costes que las cláusulas suelo.
Este caso se trata de un pleito heredado de Caja España con dos compañías relacionadas con el ladrillo -Teconsa y Proinsa- y que pertenecían al mismo grupo. En 2009, la caja ya mencionada exigió una garantía para financiar a Teconsa. Para obtenerlo, Proinsa tuvo que pignorar a través de un producto financiero -una prenda de derechos de crédito derivados de una imposición a plazo fijo- por cinco millones de euros en garantía del pago de las obligaciones de Teconsa.
Más tarde, Proinsa entró en concurso de acreedores y presentó una demanda de acción rescisoria para que esa garantía quedara sin efecto. Y es que esta promotora no recibió ninguna contraprestación pese a que tenía trabado en favor de Caja España cinco millones de euros. Esta sentencia se perdió en un juzgado de primera instancia, se ganó en la Audiencia Provincial y finalmente el Tribunal Supremo ha terminado por dar la razón a la empresa en concurso.