José Manuel Lara García, primogénito de José Manuel Lara Bosch, fallecido a principios de 2015, tiene pensado poner tierra de por medio e irse a vivir una temporada a Estados Unidos, cuentan en Barcelona. El hombre que parecía destinado a recoger el testigo al frente de Planeta, nombrado consejero delegado del gigante editorial tras el fallecimiento de su padre, deja atrás tres intensos años en los que ha probado el amargo sabor del poder y ha constatado como se las gastan en las altas esferas. Y también que, en Planeta, quien tiene el timón, es José Creuheras.
Lara García debía haberse forjado a los pechos de Creuheras, ejecutivo de confianza de toda la vida de la familia y que comenzó a trabajar en Planeta a principios de los años ochenta. Haber crecido como gestor y representante de uno de los mayores grupos editoriales del mundo a la sombra de quien sustituyó a Lara Bosch como presidente de Planeta. Y una vez alcanzada la madurez suficiente, tomar de forma decidida las riendas.
Pero José Manuel Lara García (Barcelona, 1976) debió pensar que no era concebible que alguien que no fuera de la familia presidiera Planeta. Comenzó a hacer lo que se supone debe hacer el líder de un gran grupo editorial en España, mover hilos políticos, proyectar fusiones con otros grupos, influir en la línea editorial de los medios en los que participa... Todo ello a hurtadillas de Creuheras quien, cuando se enteró de que el cachorro quería volar solo, decidió cortarle las alas y dejar que se estampara sin piedad.
Comienza a sonar el nombre de Pablo, el menor de los Lara García, como el próximo miembro de la familia que tomará las riendas de Planeta
Lara García midió mal el apoyo que, presumía, obtendría de su propia familia. Los Lara se vieron en la disyuntiva de apoyar a José Manuel o de mantener a Creuheras al frente de todo. El ejecutivo, presidente también de la sociedad de inversión de la familia, Inversiones Hemisferio, se lo dejó bien claro a los Lara: si dejaban que José Manuel campara a sus aires, sin estar capacitado para coger las riendas del grupo, ahí se quedaban.
Y la decisión fue prácticamente unánime en el seno familiar. José Manuel Lara García ha sido apartado en menos de cuatro meses de sus cargos, sin contemplaciones. Primero, el pasado mes de febrero, cuando 'renunció' a su puesto como consejero delegado de Planeta; después, como miembro del consejo de Atresmedia –Planeta es accionista de referencia de Atresmedia (Antena 3, La Sexta) y del diario La Razón-; y por último, esta semana, como consejero de Banco Sabadell.
Lara García envió su carta de renuncia al consejo de Sabadell el miércoles, y el banco lo comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el jueves. En la entidad, cuentan, tampoco Josep Oliu veía con buenos ojos al cachorro de los Lara.
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, tiene una muy buena relación con Creuheras
El presidente de Sabadell, que mantiene una muy buena relación con Creuheras, dejó caer que el Banco Central Europeo no veía con buenos ojos que un miembro del consejo de administración del banco mantuviera operaciones vinculadas, como los elevados préstamos que tienen las sociedades de los Lara con Sabadell (precisamente para adquirir títulos del banco). Tras la 'renuncia' al consejo de Planeta y de Atresmedia, un leve empujoncito servía para precipitar la marcha de José Manuel Lara de Sabadell.
Tres años ha estado José Manuel Lara García como representante de la familia en los consejos de las empresas en las que participa. Tres años en los que ha vivido la crisis de Gobierno, la crisis institucional en Cataluña; en los que ha tenido que desfilar como testigo por la sede en Madrid de la Fiscalía Anticorrupción por el caso Zed, presuntamente un turbio caso de fraude de subvenciones públicas de la compañía tecnológica española en la que los Lara han perdido más de 100 millones de euros. Tres años en los que ha asistido a escándalos como el del Canal Isabel II, por el que Edmundo Rodríguez Sobrino, consejero de La Razón, ingresó en prisión. Tres años intensos y agotadores que han culminado con una salida por la puerta de atrás.
Y mientras Lara García prepara las maletas, el resto de la familia tiene decidido mantenerse, al menos en el corto plazo, en el capital de Banco Sabadell, a pesar de que hasta ahora su apuesta por la entidad financiera se salda con pérdidas millonarias.
La familia Lara, junto a otros representantes de la alta burguesía catalana, destinaron cientos de millones de euros a la adquisición de acciones de Sabadell en 2006, antes de que estallara la crisis financiera mundial y la burbuja inmobiliaria en España. Los Lara se juntaron con el presidente de Mango, Isak Andic, y el del grupo Titán, Joaquín Folch-Ruiseñol, para invertir cerca de 500 millones de euros en Banco Sabadell.
Lara, Andic y Folch participaban conjuntamente en Sabadell a través de la sociedad Famol Participaciones. La firma anotó en 2015 un deterioro a su participación en la entidad financiera de 204 millones de euros, y al término de 2016 presentaba un fondo de maniobra negativo por importe de 322,5 millones de euros.
Los compañeros de viaje de los Lara en Sabadell, Andic y Folch, han salido del capital del banco, pero la familia dueña de Planeta ha decidido mantener por ahora su participación en la entidad. A corto plazo no tienen previsto desprenderse de las acciones de Sabadell, pero sí contemplan la posibilidad de vender al banco el edificio de la calle Diagonal en Barcelona que Planeta ocupa como sede, por un precio de hasta 200 millones de euros.
Se inicia ahora una nueva etapa en Planeta e Inversiones Hemisferio, con Creuheras, como lo ha estado desde 2015, al timón. Pero Planeta no deja de ser un grupo familiar, y hasta el mismo Creuheras asume que tendrá que ser un Lara quien en un momento dado acceda a la presidencia. Comienza a sonar con fuerza en los mentideros de Barcelona el nombre del hermano menor de los Lara García, Pablo, director general del área de Educación de Planeta.