Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han presentado este lunes un programa de Gobierno de cara a la investidura del líder socialista. En el mismo se refleja una medida en la que ambas formaciones estaban de acuerdo desde el principio: gravar la facturación de las tecnológicas que tienen sede fiscal en paraísos tributarios como Irlanda pero que hacen negocios en nuestro país. Se trata de la denominada 'tasa Google'.
Es el caso de los coloquialmente denominados GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple). Tendrán que tributar con el 3% de los ingresos provenientes de algunos de sus servicios.
"Aprobaremos el Impuesto sobre determinados servicios digitales con el fin de gravar aquellas operaciones de la Economía digital que actualmente no tributan, en línea con las recomendaciones de la Unión Europea", refleja el programa de Gobierno.
Los servicios que se gravarán son los correspondientes a la venta de productos online, la comercialización de datos de usuarios y la facturación por publicidad
La intención del Ejecutivo en ciernes es aprobar el llamado formalmente Impuesto Sobre Determinados Servicios Digitales (ISDSD) y adaptarlo, bien a la normativa impositiva para las tecnológicas que ya se cocina en el seno de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), bien a una poco factible -al menos en el corto y medio plazo- regulación europea en este sentido.
Los servicios que se gravarán son los correspondientes a la venta de productos online, la comercialización de datos de usuarios y la facturación por publicidad. Se trata de una decisión que tendrá consecuencias en el ámbito arancelario.
Miedo en las empresas exportadoras
Francia aprobó en julio la 'tasa Google', convirtiéndose en el primer país en hacerlo. Estados Unidos respondió con una subida de aranceles a los vinos franceses. Emmanuel Macron, máximo mandatario francés, reculó parcialmente. El impuesto seguirá vivo, pero cuando la OCDE llegue a un acuerdo para lanzar una tasa a las tecnológicas consensuado, devolverá a las empresas gravadas aquello que hayan pagado de más, si es que esto llega a suceder.
Las empresas españolas dedicadas a la exportación de productos ya expresaron en su día el temor a que se instaure la 'tasa Google'. Temen que la reacción de Donald Trump sea una lluvia de impuestos a los productos españoles. Pese a ello, Sánchez se ha mantenido casi siempre firme en su intención de ir adelante con el impuesto.
"Estados Unidos no teme tanto un impuesto por parte de España, que no recaudará una cantidad significativa dado que se habla de entre 600 y 1.200 millones de euros al año, sino que otros países sigan el ejemplo", han explicado fuentes del sector a Vozpópuli. Los técnicos de Hacienda ven también irrisoria la cantidad que el Ejecutivo prevé recaudar.