El pasado 1 de enero fue el primer día sin descuento de 20 céntimos al combustible. El Gobierno decidió eliminar la bonificación a la inmensa mayoría de españoles -se ha mantenido en algunos sectores profesionales- tras la desescalada de precios del combustible. En ese momento, Sánchez contaba con viento a favor, ya que desde junio, el coste por litro ha ido descendiendo de manera paulatina, pero no contaba con una subida continuada desde que arrancó 2023.

Esta, aunque ha perjudicado al bolsillo del ciudadano, ha mejorado y mucho la recaudación de la administración: ahora, Hacienda recauda en impuestos un 36% por cada litro de gasoil y un 43% más por litro de gasolina en comparación con el 31 de diciembre de 2022.

El Estado ingresa, por cada litro de gasolina, 80 céntimos, mientras que el 31 de diciembre recaudaba 76 céntimos, que en realidad eran 56, ya que una parte de su trozo de pastel volvía al bolsillo del conductor en forma de bonificación. Porcentualmente, es un 43% más que hace un mes. Esto, extrapolándolo al consumo medio anual de un español en combustible (774 litros anuales), supondría pasar de recaudar 433 euros por español al año a 620 euros. Esto implica que los españoles están tributando 24 céntimos extra por cada litro de combustible que el pasado 31 de enero se quedaba en su bolsillo o le permitía echar más gasolina a su depósito.

Mientras la recaudación se dispara, el bolsillo de los españoles se vacía. En el último día del año, el precio medio de la gasolina estaba a 1,59 euros por litro, mientras que en estos momentos se sitúa en 1,67 €/l. Si a ello le quitamos el descuento, un español pudo repostar el día de Nochevieja por 1,39 €/l, lo que equivale a un gasto extra de 29 céntimos por litro. Esto implica que llenar un depósito de cincuenta litros ha pasado a costar 14 euros más que hace un mes: de 69,5 a 83,5 euros.

Si hablamos de mecánicas diésel, el precio ha crecido exactamente en diez céntimos: de 1,71 €/l a 1,81 €/l. En el caso de este combustible, la recaudación es mayor: el Estado se lleva un 54% del precio total. Esto significa que los propietarios de turismos que utilizan esta fuente de energía lo tienen peor todavía: llenar un depósito de 50 litros les cuesta 15 euros más que hace un mes, ya que el 31 de diciembre el coste se situaba en 75,5 euros y ahora, la misma cantidad de gasóil, tiene un precio final de 90,5 euros.

En este caso, el Estado ha pasado de recaudar 72 céntimos por cada litro de diésel (92 céntimos menos los 20 con los que bonificaba cada litro de diésel) a 98 céntimos, lo que implica una subida de 26 céntimos en un mes: un 36% más que en la Nochevieja de 2022. Al tener un porcentaje mayor del precio total del combustible, el impacto sobre la recaudación es menor, aunque sigue siendo muy alto.

Si extrapolamos de nuevo a un año la recaudación del Gobierno en base al consumo medio de combustible de un español, de media, ha pasado de 557 a 759 euros: 202 euros extra que con las condiciones existentes hace un mes se quedaban en el bolsillo de los conductores y que ahora pasan a las arcas del Estado.

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