El ansiado paquete de medidas económicas del Gobierno que se hacía esperar desde el pasado sábado y que finalmente ha sido difundido este martes a la opinión pública con la presentación del "real decreto-ley más importante de la democracia española" ha satisfecho más o menos a sindicatos y patronal, pero no ha convencido a los autónomos.
Entre las medidas destacan moratorias en el pago de hipotecas para los más desfavorecidos, facilidades para activar Expedientes de Regulación de Empleo Temporales (ERTEs) que se entenderán de fuerza mayor por el coronavirus, reducción de costes para las empresas, más protección para los despedidos y una prestación similar a la de desempleo para los autónomos que hayan tenido que parar su actividad.
En general, los mensajes han sido de satisfacción por parte de los agentes sociales, que entienden y asumen que esta crisis es, en primer lugar, sanitaria y reducen por esa razón su habitual tono crítico.
"UGT y CCOO consideran que el paquete de medidas aprobado por el Gobierno va en la buena dirección, supone un enorme esfuerzo de recursos públicos, requiere de la corresponsabilidad de las empresas y debe completarse para proteger a los colectivos más vulnerables", señalaban los sindicatos en un comunicado conjunto, en el que reconocían que "la caída de la actividad económica no tiene precedentes".
Hacen una valoración positiva de las medidas, pero echan en falta que se aprueben otras que ellos ya han pactado con la CEOE y Cepyme.
Liquidez garantizada para empresas
Las patronales también ven "positivo" que se hayan aprobado estas medidas, sobre todo los avales públicos por valor de 100.000 millones de euros que se liberarán en caso de impago de préstamos que deberá conceder la banca. El Gobierno calcula que la existencia de estos avales podría liberar entre 150.000 y 200.000 millones de euros de financiación.
"Será necesario seguir implementando nuevas medidas en los próximos días en función de las nuevas necesidades con el objetivo de poner los cauces necesarios para retornar a la normalidad cuanto antes", piden las patronales.
Las empresas han quedado más o menos cubiertas al poder activar ERTEs que se considerarán en términos generales por fuerza mayor, no tener que abonar las cotizaciones sociales y poder aplicar el despido colectivo sin perjuicio de que algún trabajador se pueda quedar sin cobrar el paro, ya que lo cobrarán sin distinción.
Tendrán además la posibilidad de obtener financiación y liquidez para sus gastos corrientes, y poder sobrevivir al parón de actividad.
No todos los autónomos dejarán de pagar la cuota
Los autónomos, sin embargo, lo tendrán más difícil. Para ellos se ha habilitado una prestación extraordinaria por cese de actividad (similar al paro) que podrán cobrar "cuando su facturación en el mes anterior al que se solicita la prestación se vea reducida, al menos, en un 75% en relación con el promedio de facturación del semestre anterior", según reza el real decreto al que ha tenido acceso Vozpópuli.
La cuantía de la prestación será del 70% de la base reguladora y durará un mes, a menos que se prorrogue el estado de alarma. Mientras los autónomos estén cobrando esta prestación estarán exonerados de tener que pagar la cuota a la Seguridad Social.
Sin embargo, aquellos autónomos que vean reducidos sus ingresos pero no lo suficiente como para solicitar la prestación por cese de actividad, sí tendrán que seguir pagando cotizaciones a la Seguridad Social, lo que ha desatado la ira de la asociación mayoritaria de este colectivo.
"El Gobierno ha dejado en la cuneta a los autónomos", lamentaba Lorenzo Amor, presidente de la asociación, al poco de conocerse las medidas, reivindicando que "a ingresos cero, cotizaciones cero".
Otras organizaciones, como UPTA o UATAE, se mostraban más optimistas, aunque igualmente han pedido al Gobierno que aplique más medidas para los trabajadores por cuenta propia, como la suspensión o moratoria de los pagos de alquiler o hipotecas de locales comerciales.
El Ejecutivo ha aprobado este martes una moratoria para el pago de hipotecas para las personas más vulnerables, pero sólo las correspondientes a la vivienda habitual.
