Banco Santander se ha sentado este martes con los sindicatos para dar comienzo a las reuniones formales para el nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) que quiere acometer la entidades por causas económicas, productivas y organizativas. En este primer encuentro de "acercamiento" no se ha facilitado el número de empleados que se verán perjudicados por este nuevo plan, según explica Comisiones Obreras a Vozpópuli.
El Banco Santander va camino de firmar el tercer expediente de regulación de empleo (ERE) en dos años. Según publicó Expansión, el grupo tendría pensado hacer un nuevo ajuste de 3.000 empleados, que se sumaría a las 4.000 salidas que ya realizó en 2018 y 2019, tras la integración del Banco Popular. Esto supone dejar casi a cero el contador de empleados que provenían de la entidad absorbida, pues contaba con una plantilla de 9.000 trabajadores a cierre de 2017.
La intención de la entidad que preside Ana Botín es llevar a cabo un plan de transformación y eficiencia para "ajustar la dimensión en España" y afectará a la red comercial, los servicios centrales y el centro corporativo.
El banco no ha dicho a cuántas personas afectará este nuevo ERE pero sí ha avisado de que no se realizará sólo en España. Este ajuste se extenderá a todos los mercados europeos en los que opera: Portugal, Reino Unido y Polonia.
Este primer encuentro se enmarca en los plazos y tiempos que estipula el convenio de banca para procesos de reestructuración y como fase previa a la apertura del ERE. CCOO ha planteado en la reunión que las medidas que se tengan que adoptar no recaigan sobre la plantilla, pidiendo que el proceso de ajuste se realice a través de medidas no traumáticas como el recurso a la flexibilidad interna o las prejubilaciones.
Resultados
El Banco Santander se anota pérdidas de 9.048 millones de euros en los nueve primeros meses del año después de haber conseguido un beneficio de 1.750 millones de euros desde julio a septiembre, según ha comunicado este martes la entidad al supervisor del mercado español, la CNMV. Este recorte del resultado neto se debe al impacto negativo de la covid-19 y a las dotaciones y el deterioro del fondo de comercio. Sin extraordinarios la entidad cántabra habría ganado 3.658 millones de euros.
No obstante, el Santander ha reservado 13 puntos básicos de capital para ofrecer un dividendo en 2021, siempre que las entidades supervisoras lo permitan. "Estoy convencida de que volveremos a dar dividendos en efectivo, cuando las recomendaciones regulatorias lo permitan, gracias a los resultados del grupo, la fortaleza de balance, nuestra posición de liquidez y nuestra diversificación de negocio", ha dicho Ana Botín.
En este contexto, el grupo español propondrá este martes en la junta general de accionista la aprobación de un dividendo en efectivo de 0,10 euros por acción. Santander ha seguido generando capital de manera orgánica, lo que le ha permitido sumar 14 puntos básicos de capital CET1 hasta situarlo en el 11,98%, es decir, en la parte alta del objetivo del 11-12%.
El grupo avanza más rápido de lo previsto en su plan de ahorro de costes, con eficiencias en los primeros nueve meses del año en Europa de 500 millones de euros, por encima del objetivo para todo 2020, que se suman a los 200 millones de 2019.